Amor taguarero

Texto: Liza López y Jonathan Gutiérrez

Fotos: Marcelo Volpe, Maxwell Briceño, Ivonne Velasco, Astrid Hernández

Esta es una historia de amor que no se dio a primera vista sino en la primera barra donde nos sentamos. Es un amor al primer templo pagano. Sentados en la tasca Posada de Cervantes, hace unas semanas, comenzamos a brindar por la dicha de conocer, o reconocer, espacios del centro y oeste de Caracas a los que nunca habíamos ido o a los que teníamos muchos años sin frecuentar.

Allí, entre tapas delirantes que ofreció el chef Freddy De Freitas, uno de los promotores de esta historia, inició un vínculo de hermandad con estos cronistas paganos porque entendimos cuánto tenemos en común: la necesidad de conectarnos con nuestra ciudad sin explicar por qué queremos seguir aquí, el goce de la sencillez, celebrar la vida alzando vasos de plástico o de cristal, bailar con ojos cerrados salsa brava o merengue, exaltar el valor urbano de las tascas, bares y taguaras que han persistido años y guapeado tantas crisis para abrir sus puertas, documentar con sensibilidad los detalles que cuentan la memoria de cada lugar.

Pertenecer.

Eso nos conecta: pertenecer. Sentirnos en una cofradía de taguareros.

Pertenecer.

Eso nos conecta: pertenecer. Sentirnos en una cofradía de taguareros.

Sabernos acompañados, escuchados, comprendidos, queridos entre corazones que laten 100 veces por minuto. Emociones que se aceleran aún más si bailamos una canción de Héctor Lavoe en Las Lavadoras de San Agustín del Sur o una de La Fania en La Especial de Sarría, nos sorprendemos con la exhibición de corotos en El Torero en Catia, cuando hacemos coreografía con el set de merengue de los ochenta en La Vinatería de Quinta Crespo, coreamos un tango en El Gardeliano de Caño Amarillo, un bolero en Las Delicias de Altagracia/La Pastora, un vallenato en el bar La Mata de San Agustín del Norte, degustamos una tortilla de papas con el centro húmedo en El Ruedo, un clásico que revive, brindamos la del estribo en La Carabela de La Candelaria, o festejamos entre artistas en La Casita Azul. 

Pasen y lean estas crónicas paganas porque seguro celebrarán junto a nosotros varios momentos de goce y felicidad.

Pasen y lean estas crónicas paganas porque seguro celebrarán junto a nosotros varios momentos de goce y felicidad.

Pasen y lean estas crónicas paganas porque seguro celebrarán junto a nosotros varios momentos de goce y felicidad.