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Fotos: Marcelo Volpe, Maxwell Briceño, Ivonne Velasco, Astrid Hernández.

Todos los viernes y algunos sábados, Nelly de Galarza y su familia emprenden una caminata de tan solo 20 metros desde su hogar en la calle Real Los Cortijos, hasta su lugar favorito en todo el vecindario: la tasca El Especial de Sarría, aunque popularmente todos la llaman La Especial, e incluso algunos le dicen Mi Esperanza-La Especial, le suman el nombre del bar que funcionó previamente.

En este rincón de Sarría, en Caracas, perteneciente a las parroquias El Recreo y La Candelaria, Nelly y los suyos tienen el privilegio de ser recibidos con preferencia de la casa, debido a que el bar es el punto de encuentro más codiciado en el barrio y también para la gente que llega desde otras partes de la ciudad buscando bonche.

La Especial, más que una simple barra para ir a beber, es un auténtico salón de baile donde se vibra al ritmo de la salsa. El local ha sido propiedad de Delio Sojo durante los últimos 16 años. Pero desde los años 60 abrió sus puertas, la dueña previa fue una señora de nombre Concepción Palacios.

Delio junto a su hijo Jefferson y el encargado Henderson, quien siempre está sonriendo, son los responsables de hacerlo brillar cada noche. Al entrar en este mágico lugar, las paredes recubiertas de carátulas de los mejores longplays y enormes afiches de la Fania All Stars dan la bienvenida.

Delio junto a su hijo Jefferson y el encargado Henderson, quien siempre está sonriendo, son los responsables de hacerlo brillar cada noche. Al entrar en este mágico lugar, las paredes recubiertas de carátulas de los mejores longplays y enormes afiches de la Fania All Stars dan la bienvenida.

Habituales o nuevos visitantes pueden contemplar retratos al carboncillo de reconocidos cantantes de salsa y una estelar foto de Oscar D’León en un concierto inolvidable en el Nuevo Circo de Caracas. Las imágenes están dispuestas a lo largo de la barra desde donde se despachan toda clase de bebidas: ron, whisky, anís, ginebra, cerveza y vodka.

La barra de madera en un lateral es el lugar más estratégico del bar, desde allí se pueden divisar a las asiduas parejas de bailarines de salsa y sus coordinadas coreografías bajo la inspección sigilosa de dos espectadores de lujo –las estampas de Albert Einstein y Sir Winston Churchill, quienes también decoran el recinto–.

Una de las parejas resalta sobre las demás y se roba todas las miradas, la dupla virtuosa mantiene el ritmo pegando frente con frente como si de una brújula se tratara, con un estilo único son los reyes del lugar.

La Especial –o El Especial como prefiere Delio, el único que usa el nombre oficial– abre sus puertas todos los días a partir de las dos de la tarde y solo cierra dependiendo del día de la semana. Los viernes, sábados e incluso los domingos, la fiesta puede llegar hasta el amanecer.

Nelly, su hija y su esposo confirman que el éxito de este acogedor lugar, el bar más emblemático de Sarría, se debe a la cuidadosa selección que hace Delio, el dueño y regente, para que se presenten las mejores orquestas de salsa de Caracas y sus alrededores. La calidad de estas agrupaciones va de la mano con lo que Delio debe pagar por sus actuaciones.

Los fines de semana no hay un día fijo para la presentación de una orquesta, un DJ o un cantante, y eso no importa, ya que todos acuden al bar-salón sin falta. Siempre existe la posibilidad de que aparezcan estrellas como Oscar D’León o Wladimir y La Dimensión Latina, y estando vivo el mismísimo Roberto Roena, el rey del Bongó de Puerto Rico, también fue asiduo y amigo de la casa.

Al tantear cuál es el mejor día para ir a La Especial, eso depende de los gustos. ¿Será cierto que los sábados son más tranquilos que los viernes? A lo que Nelly responde con una sonrisa:

—Cualquier cosa puede pasar, pero mi mamá, la señora Aida de 99 años, se siente más tranquila para echar un pie y ver a los vecinos los sábados.

Otros vecinos, como Orlando Escalante, fiel cliente y amigo de Delio, sienten un infinito orgullo por el bar de Sarría y no duda en llevar a sus amigos que vienen del interior a Caracas para disfrutar de la experiencia

Otros vecinos, como Orlando Escalante, fiel cliente y amigo de Delio, sienten un infinito orgullo por el bar de Sarría y no duda en llevar a sus amigos que vienen del interior a Caracas para disfrutar de la experiencia

—Es mi mejor homenaje al visitante –dice Orlando convencido.

El sonido de la salsa es continuo en este bar. Se escuchan clásicos de la música afrocaribeña que encienden el sitio. ¿Podría La Especial tener una lista de canciones preferidas por los asiduos que lo identifiquen? Sí, pero estas canciones deben tener guaguancó y mantener la pista llena de bailarines. Así que la lista no es la que muchos imaginan, a pesar de contar con un catálogo con las mejores canciones del género latino. Delio y Nelly citan algunas indispensables: «La Rueda» de Franklin Ruiz, «Carnaval» de Celia Cruz, «Mi negra está en casa» de Oscar D’ León, «Siembra» de Rubén Blades, «Ajiaco caliente» de Eddie Palmieri, «El pueblo pide que toque» de Roberto Roena y muchas otras que mantienen al bar lleno de vida.

La Especial por ser un bar de vecindario y su cercanía geográfica y afectiva a la comunidad de Sarría, sus propietarios nunca han pensado en ofrecer servicio de comidas, ni siquiera algo básico. No se vende ni un tequeño.

La Especial por ser un bar de vecindario y su cercanía geográfica y afectiva a la comunidad de Sarría, sus propietarios nunca han pensado en ofrecer servicio de comidas, ni siquiera algo básico. No se vende ni un tequeño.

Así lo confirma Delio: —Aquí todos tienen que venir comidos desde su casa y si les da hambre durante la madrugada, simplemente vuelven a sus casas para comer algo y regresar al bar.

Afortunadamente, otros vecinos colindantes con La Especial decidieron abrir tres pequeños locales de hamburguesas, perros calientes y cochino frito –cuyo aroma atrae como imán a unos cuantos “taguareros”–, lo que evita que los paracaidistas de la zona pasen hambre.

La tasca La Especial se ha convertido en mucho más que un lugar de entretenimiento. Es un epicentro de explosión de alegría y conexión de personas que palpitan con la salsa que los hace bailar hasta transpirar y donde fluye la energía contagiante de orquestas en vivo y los toques de los DJ.

 El encanto de este rincón “especial”, donde la música afrocaribeña y la vecindad se funden en cada compás del sabor de Sarría, es un bar que cautiva e invita con la esperanza de siempre volver.

Sarría en los tiempos del período hispánico

Sarría tuvo un aporte en la vida urbana de Caracas desde hace más de dos siglos. En estas laderas cercanas al Ávila funcionó un club recreacional que disponía de bar, sala de baile, sala de juego de naipes y hasta una gran cascada que formó un estanque para remar en barcazas de remos dorados cual si fuera una pintura renacentista.

Su nombre fue La Casa del Real Amparo mientras fue un hospital. Así lo relata el historiador Carlos Duarte, experto en el período hispánico venezolano y miembro de la Academia Nacional de la Historia.

—Todo esto fue idea de Francisco de Saavedra Intendente de Ejército y Real Hacienda de Caracas entre los años 1783-1788, nombrado por el rey Carlos III quien fue arrestado años antes por los ingleses en alta mar y en un desembarco en la isla de Jamaica al ser un preso de categoría lo llevaron a un club privado parecido a los clubes de élite en Londres.

Luego al Intendente se le ocurrió convertir un antiguo hospital venido a menos ubicado en lo que hoy es Sarría en un club. Por las características geográficas del lugar, en la temporada de lluvias el desbordamiento de la quebrada de Anauco y las vertientes que bordeaban esa zona (donde hoy en día se encuentran los edificios de la urbanización Simón Rodríguez y la tasca La Especial) impedía el auxilio a los enfermos y los socorros espirituales a los moribundos.

En este proyecto intervinieron dos grandes jardineros de la época enviados desde el Palacio de Schonbrunn en Viena comisionados para recolectar plantas exóticas para el jardín invernadero a pedido de la familia Real de Austria. Los jardineros no solo lograron la misión encomendada sino también por pedido del Intendente Saavedra, hicieron el trazado de los parterres de diseños geométricos que conformaron los jardines del Club y de la Gran Avenida, la que hoy en día es la Calle Real Los Cortijos de Sarría. Una vez concluidas las obras el prestigioso Club fue llamado La Casa de los Comendadores. Lamentablemente, el terremoto del año 1812 destruyó gran parte del Club y la edificación terminó condenada al abandono por muchos años para nunca más ser el gran centro social de diversión para lo cual fue construido.

Dirección

Tasca La Especial ☆ Calle Real Los Cortijos, Sarría, Caracas.