Fotos Marcelo Volpe, Maxwell Briceño, Ivonne Velasco, Astrid Hernández
Rosalba siente que el corazón le estalla cada vez que su hombre acerca la bola al mingo, en la cancha de bolas criollas que domina la escena y se extiende de una punta a otra del bar.
—Hoy viernes cobro mis besos completos —dice la atractiva mujer, alzando la botella de cerveza para brindar a distancia con los demás espectadores. Un beso profundo por cada victoria lograda en la cancha, es el acuerdo al que ha llegado esta pareja asidua a la Tasquita-Bar Las Lavadoras en San Agustín del Sur.
“Gitana, gitana, gitana, gitana, tu pelo, tu pelo, tu cara, tu cara”, se oye cantar a través del sonido de unas cornetas al grande de la salsa, WilIie Colón. La melodía se deja colar en el ambiente, logrando apaciguar el ruido seco de las bolas que chocan entre sí.
“Gitana, gitana, gitana, gitana, tu pelo, tu pelo, tu cara, tu cara”, se oye cantar a través del sonido de unas cornetas al grande de la salsa, WilIie Colón. La melodía se deja colar en el ambiente, logrando apaciguar el ruido seco de las bolas que chocan entre sí.
—Para serte sincera, a mi papá siempre le ha gustado divertirse. Así que quiso compartir ese sentimiento con su comunidad, creando este espacio para bailar salsa y algo más —explica Cata Alzuro, una morena de espléndida sonrisa, mientras se apresura a despachar los pedidos de cervezas frías que le llegan al mostrador. A Cata la ayudan sus hermanas y toda la familia Alzuro.
Ver moverse a Cata como hormiga por el local, pendiente de que todos los clientes estén bien atendidos, hace fácil imaginar cómo 40 años atrás, su padre, Luis Enrique Alzuro, encontró la fuerza y la inspiración necesaria para rescatar un terreno condenado al olvido y dedicarlo a promover sus dos grandes pasiones, la música de la salsa y las bolas criollas.
El resultado de esta genial iniciativa es más que conocido por quienes acuden cada noche a la Tasquita-Bar Las Lavadoras para disfrutar de la buena vibra que recorre el amplio corredor coronado con techos de zinc y se extiende hasta llegar al patio a cielo abierto, donde los jugadores de bolas criollas exhiben sus habilidades.
La noche apenas comienza en este curioso lugar, que por falta de previsión urbanística colinda con la autopista Francisco Fajardo de Caracas. Dos mundos paralelos, cuyo punto de encuentro es la valla de señalización que pende oronda encima de la cancha de bolas criollas. Allí todos saben que la salida a Parque Central y San Agustín queda a 200 metros gracias al enorme cartel verde que sobresale como un brazo extendido de la arteria vial.
El público, en su mayoría vecinos de San Agustín del Sur y orgullosos de su cultura afrocaribeña, repartido a lo largo y ancho del local se debate entre mantenerse atentos al juego o menear el cuerpo al son de la “salsa brava” que invade la pista de baile de cemento pulido y donde también se va a pulir las hebillas. Lo que sí está claro para ellos es que cualquier elección que hagan, será diversión garantizada.
“Se que nunca has sido mía, ni lo has sido ni lo eres, pero de mi corazón un pedacito tú tienes, tú tienes”, continúa entonando Willie Colón, con esa voz seductora que invita al baile, desde las cornetas distribuidas al fondo de local y que dan ambiente salsero al bar gracias a Wilsen Vegas, el DJ residente y esposo de Cata.
—Hay que relajarse mija, por eso me gusta venir para acá todos los viernes —comenta Gladys, oriunda del vecindario, con un brillo de picardía en los ojitos que delatan que sus ochenta primaveras las lleva con el mismo salero de sus años mozos.
Más allá, se escucha el sonido de las maracas improvisadas con bombillos de luz que algún espontáneo se ha animado a tocar para potenciar aún más el ritmo de la “guaracha” encendida desde temprano.
Más allá, se escucha el sonido de las maracas improvisadas con bombillos de luz que algún espontáneo se ha animado a tocar para potenciar aún más el ritmo de la “guaracha” encendida desde temprano.
Dirección
Tasquita-Bar Las Lavadoras
☆ Av. Leonardo Ruiz Pineda, San Agustín del Sur, Caracas.
¡Excelente relato! Se queda una con ganas de leer más y, sobre todo, de ir al bar.
Querida Isa:
Me encantó tu historia sobre el bar «Las Lavadoras» de San Agustin del Sur. Gracias por mostrarnos la Caracas bonita!
Cariños
Maureen
Excelente historia descrita tal cual, el sitio es un deleite . Solo al entrar ya se siente la vibra del buen baile y las ganas de pasarla bien . Éxitos Osita🙌🏻
Leyendo estas líneas me siento como si hubiera estado ahí echado un pie con ustedes. Cuanto sabor y cuanta alegría llevamos por dentro donde quiera que vayamos!
Excelente historia. Ya quiero ir a Las Lavadoras.
Que maravilla cómo logras transportarme a este ambiente alegre y lleno de sana diversión en mi añorada Caracas. Gracias Osa por mostrarnos la parte bonita y divertida!
Que buen relato muero por ir jugar bolas y hechar un pie ……….
Que buen relato muero por ir jugar bolas y hechar un pie ……….
Me quedo con ganas de ir, danzar al son de una buena salsa y refrescarme con una birra “tan fría como mirada de suegra” como habría dicho mi padre, quien hubiese disfrutado de este relato inmensamente
Soy Trina hija del dueño Enrique Alzuro gracias y muy agradecida por tan hermoso relato las puertas de la tasquita están abiertas para tod@s aquellas personas que desean visitarnos serán bien venidos.
Excelente tasca nunca había ido una amiga compañera de clase me dijo a ty que te gusta mucho la salsa vieja vamos para las » tasquita» y fuimos y la pasamos super bien baile como nunca que buena esa tasca voy a volver a ir la música es excelente