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Relatos suicidas:

Nos puede pasar a todos

5 mitos sobre el suicidio

Por Redacción Historias Que Laten

La prevención del suicidio no suele abordarse de manera abierta y directa por ser un tema tabú. Pero se puede prevenir. Aquí mostramos 5 mitos acerca del suicidio que conviene desmontar:

{

Quienes hablan de suicidio no tienen la intención de cometerlo.

Falso.

Quienes hablan de suicidio pueden estar pidiendo ayuda o apoyo de esta manera. Expresarlo es una advertencia a otros de que están en riesgo y que sí contemplan el suicidio como una opción.

{

La mayoría de los suicidios suceden repentinamente, sin advertencia previa.

Falso.

La mayoría de los suicidios han ido precedidos de signos de advertencia verbal o conductual. Desde luego, algunos suicidios se cometen de manera impulsiva. Pero es importante conocer las señales de alerta y tenerlas presente.

{

El suicida está decidido a morir.

Falso.

Por el contrario, la mayoría de las personas con ideación suicida quieren y desean vivir, pero requieren de ayuda. El acceso al apoyo emocional y tratamiento terapeútico en el momento oportuno puede prevenir el suicidio.

{

Quien haya sido suicida alguna vez, nunca dejará de serlo.

Falso.

El mayor riesgo de suicidio suele ser de corto plazo y específico según la situación. Aunque los pensamientos suicidas pueden regresar, no son permanentes, y quien haya tenido pensamientos o intentos suicidas con la contención debida puede llevar después una vida larga y plena.

{

Hablar del suicidio es una mala idea y puede interpretarse como estímulo.

Falso.

Dado el estigma generalizado alrededor del suicidio, la mayoría de las personas que lo contemplan no saben con quién hablar. Al contrario de estimular el comportamiento suicida, hablar abiertamente puede ayudar a una persona y darle herramientas, opciones o tiempo para reflexionar sobre sus ideas o decisión, previniendo así el suicidio.

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Quienes hablan de suicidio no tienen la intención de cometerlo.

Falso.

Quienes hablan de suicidio pueden estar pidiendo ayuda o apoyo de esta manera. Expresarlo es una advertencia a otros de que están en riesgo y que sí contemplan el suicidio como una opción.

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La mayoría de los suicidios suceden repentinamente, sin advertencia previa.

Falso.

La mayoría de los suicidios han ido precedidos de signos de advertencia verbal o conductual. Desde luego, algunos suicidios se cometen de manera impulsiva. Pero es importante conocer las señales de alerta y tenerlas presente.

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El suicida está decidido a morir.

Falso.

Por el contrario, la mayoría de las personas con ideación suicida quieren y desean vivir, pero requieren de ayuda. El acceso al apoyo emocional y tratamiento terapeútico en el momento oportuno puede prevenir el suicidio.

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Quien haya sido suicida alguna vez, nunca dejará de serlo.

Falso.

El mayor riesgo de suicidio suele ser de corto plazo y específico según la situación. Aunque los pensamientos suicidas pueden regresar, no son permanentes, y quien haya tenido pensamientos o intentos suicidas con la contención debida puede llevar después una vida larga y plena.

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Hablar del suicidio es una mala idea y puede interpretarse como estímulo.

Falso.

Dado el estigma generalizado alrededor del suicidio, la mayoría de las personas que lo contemplan no saben con quién hablar. Al contrario de estimular el comportamiento suicida, hablar abiertamente puede ayudar a una persona y darle herramientas, opciones o tiempo para reflexionar sobre sus ideas o decisión, previniendo así el suicidio.

Investigación: Redacción Historias que laten

Fuentes: Organización Mundial de la Salud (2021), Organización Panamericana de la Salud (2021), National Institute Health Mental (2021)