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Los que no se abstuvieron

No había salido el sol cuando sonó la diana. Un repiqueteo de trompetas y tambores produciendo un estruendo que parecía el presagio de una guerra. Duró tres, cuatro, cinco minutos. Lo suficiente para espantar el sueño. Se oyeron también fuegos artificiales estallando...

El Pedregal, un pueblo que no deja de ser

En El Pedregal están tatuados sus ancestros. Para rendirle tributo, los han pintado en murales: sus caras, en blanco y negro, están ahí como vigilantes. Y las calles, los callejones y pasadizos de este gran laberinto llevan por nombre precisamente los apellidos de las...