Cuando recorre las calles de La Pastora, los vecinos lo saludan con un afectuoso “¡señor Víctor!”. Es un personaje icónico de la parroquia, un vecino curioso que se ha dedicado a investigar historias de familias, esquinas, casas y detalles de esa cotidianidad que le rodea. Comparte memorias en fotografías y anécdotas en plataformas digitales, y se ha convertido en un cronista de corazón para promover la identidad y pertenencia colectiva de esta comunidad patrimonial donde se siente arraigado
Crónica Harold Contreras/ Fotografías Guillermo Suárez
Víctor Zambrano es un cronista de corazón. Descubrió esta vocación hace muchos años luego de ver los resultados de un censo en La Pastora en el que sólo destacaron el legado de tres pastoreños. En ese momento se dijo que la lista de personajes emblemáticos era mucho más larga y sintió el impulso de emprender su propia investigación. Identificó a pintores, artistas plásticos y artesanos, un catálogo amplio con muchas historias por contar.
El señor Víctor, como lo llaman con afecto sus vecinos, nunca se consideró a sí mismo un cronista, hasta que en 2019 tomó conciencia de su labor cuando un vecino le dio un espaldarazo y le dijo: “lo que estás haciendo es importante para el barrio”. Desde muy joven tenía esa vocación sin saberlo, él siempre estaba atento a cada historia o cuento de su parroquia.
Comenzó entonces a documentar esas memorias detrás de cada vecino, familia, calle, casa y patrimonio que llamara su atención. En poco tiempo, se convirtió en un referente para quien quiera conocer a fondo y en detalle esta parroquia, una de las más antiguas de Caracas, conocida por sus vibrantes colores, fachadas coloniales, largos ventanales en secuencia, avenidas cuestas arriba y personajes singulares.
Guiados por el señor Víctor, la experiencia de visitar La Pastora se vuelve memorable, por la cantidad de datos y anécdotas que comparte desde su generosidad y amor por esta comunidad.
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El recorrido de hoy comienza desde la Unidad Educativa República de Bolivia. El cronista y guía Víctor Zambrano lleva puesta una característica boina española que le obsequió su suegro, un inmigrante español. En esta mañana sabatina calurosa y frente a un público curioso, gesticula de un lado a otro, cual maestro de orquesta, señalando puntos de interés.
—Esta es una de las pocas casas que quedan todavía con este tipo de ornamento. Es un desagüe para el agua de lluvia (hace referencia a los bajantes de aguas pluviales, parecidos a unas gárgolas). Se han ido perdiendo, parecían unos dragones.
De pronto se escucha un grito conocido en la vecindad pero que sorprende a los turistas:
—¡Melcochíiiita capacheraaaa!
Se acerca un señor de baja estatura con acento andino, sosteniendo en su mano derecha un tubo lleno de melcochas, un dulce típico del Táchira hecho a base de canela y papelón, miel o melado. Mientras se acerca se escucha aún más fuerte:
— ¡Melcochiiiitaaaa capacheeeeraaaa!
—¡Se acerca la melcochita, el patrimonio viviente de La Pastora! —comenta emocionado uno de los que se anotó en el recorrido.
—¡Qué maravilla! ¡Pero qué maravilla! —exclama una fotógrafa.
—¡Don Víctor, qué bueno verlo vale! —saluda Melcochita.
Varios de los que acompañan al cronista se unen al encuentro para conocer a este personaje que llama la atención por su atuendo y por el dulce tradicional que ofrece.
Algunos le compran la melcocha antes de seguir la ruta guiada.
Metros más adelante, enfocan su cámara y comienzan a fotografiar la arquitectura colonial de la esquina San Pascual de la calle rebautizada bulevar Brasil.
—En los días de (Juan Vicente) Gómez, en Brasil inauguraron la calle Venezuela, y en respuesta, el Benemérito decidió cambiarle el nombre de calle Las Matas a calle (bulevar) Brasil. Pero para los pastoreños, sigue siendo la calle Las Matas. Son cinco cuadras llenas de verdor y frescura, y cada esquina tiene su nombre —comenta el señor Víctor, al tiempo que comienza a fotografiar las fachadas como si fuese su primera visita a La Pastora.
Entonces recuerda con nostalgia su cámara analógica Minolta, que todavía conserva. Cuenta que con ella le tomaba fotos a su primera hija Viceli y enviaba a revelar el rollo fotográfico a un laboratorio de fotografía en Rochester, Nueva York.
—Si de un rollo de 36 fotos aparecían 10 malas, mandaban 10 tickets. Te explicaban en inglés qué error cometiste. Diafragma abierto, muy abierto.
Con su segundo hijo Víctor José, la fotografía fue más concientizada y cuidaba la luz. Pero ya no enviaba tantos rollos fotográficos a Nueva York porque el dólar comenzó a subir de precio.
La sombra de grandes árboles le abre camino al cronista, quien invita a seguir el camino por el bulevar Brasil en dirección a la Esquina Natividad. Se detiene a esperar al resto del grupo que ha quedado rezagado, cuando de pronto alguien identifica una casa de color amarillo y verde.
—¿Allí vivían las hermanas Beltrán?
—Esa es la casa de Jacinto Convit —aclara el señor Víctor.
Jacinto Convit (1913-2014) fue un reconocido investigador y científico internacional venezolano que junto a un grupo de investigadores crearon una vacuna modelo para tratar la lepra, enfermedad infecciosa compleja de prevenir antes de este descubrimiento.
Metros más adelante, una ventana de diseño colonial atrapa la atención de todos.
—Señor Víctor, ¿cómo se cortejaba en la época de la Colonia?
—Los abanicos crearon un lenguaje propio —responde el cronista—. Si se llevaba abierto en la mano izquierda, quería decir “ven y háblame”, y cuando se abanicaba lentamente significaba “estoy casada”.
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Víctor Zambrano nació en La Candelaria, al centro de Caracas, hijo de padre andino y madre llanera. Está casado desde 1975 con una pastoreña, Elisa Soriano, descendiente de inmigrantes españoles que se dedicaban a la venta de carnicería en el mercado de La Pastora. El único familiar que no fue carnicero fue José Soriano, quien fue ministro en el primer gobierno de Rafael Caldera. Su suegro don Juan Soriano fue el jefe civil de La Pastora.
Cuenta el señor Víctor que su estrategia fue enamorar primero a la familia, sobre todo a sus hermanos, buenos compañeros de parranda. En aquella época era difícil salir con una muchacha a solas. Recuerda que en un par de ocasiones fueron al cine acompañados de uno de los hermanos de Elisa.
—No hubo besitos, ni nada —confiesa sonriendo.
Al llegar a la Esquina Natividad, el cronista sigue por la avenida Oeste 13 en dirección a la esquina Negro Primero. La calle es bastante transitada por motos y autobuses.
—¿Señor Víctor, y todavía la tradición de quemar a Judas en Semana Santa se mantiene o se ha ido perdiendo?
—Ha bajado mucho —responde.
Los participantes continúan caminando en dirección a la Esquina Torrero, quienes se detienen para hacer una foto grupal junto al señor Víctor.
El cronista, con su sed de conocimiento, ha recibido talleres en la Casa de la Historia de Venezuela, de la Alcaldía de Caracas, así como también ha aprendido de las investigaciones realizadas por operadores turísticos como Te Paseo y Te Cuento y Fundación Historia Ecoturismo y Ambiente (Fundhea).
Entre sus pasatiempos está coleccionar estampillas, cajas de fósforos y fotografías antiguas. Un miembro del consejo comunal se enteró de que los hijos de un vecino de La Pastora estaban botando cosas de su padre recién fallecido y alertó: “¡No boten esas fotos!, allí está el señor Víctor Zambrano a quien le interesan fotos antiguas. ¡No las boten, vamos a guardarlas para él!”
—Cuando me pongo a ver las fotos, todas en blanco y negro, en la parte de atrás tenían marcadas 30 de agosto de 1930. En ese grupo de 40 o 50 fotos, la mayoría son del Panteón Nacional, cuando cambiaron las escaleras, los laterales, ¡bueno aquí tengo una joya! —recuerda el señor Víctor.
Con éstas y otras reliquias fotográficas que va encontrando ha ido completando el Banco Fotográfico de La Pastora, con imágenes que él mismo escanea en baja y alta resolución y sella con su marca de agua.
El señor Víctor hace mea culpa al recordar que cuando participó en la remodelación de un local que fungía como cine en La Pastora, encontraron cajas llenas de fotografías de la época de Pérez Jiménez y todo eso fue a la basura, pues no pudo rescatarlas.
Trabajó por años con comerciantes judíos importando productos a Venezuela, y hoy en día aún conserva parte de los negativos de las fotos tomadas en sus viajes por Suramérica. Su anhelo es que en algún momento pueda digitalizarlas.—Una persona me acaba de regalar un disco duro de 300 GB, para respaldar las fotos porque mi computadora ya está pistoneando, tiene demasiadas fotos.
Al llegar a la esquina Torrero, los visitantes se encuentran de frente al famoso Bar Torrero. Unos toman fotografías, otros van por bebidas y para otros el mural de las guacamayas es más que una parada turística. En esa casa fue donde nació uno de los protagonistas más relevantes del arte óptico y cinético, el artista Carlos Cruz Diez, un 7 de agosto de 1923. Cuentan que la luz que irrumpía por las ventanas de esa casa modificó su forma de percibir los colores. Años después pasó a ser por mucho tiempo un estacionamiento y hoy día funge como espacio de reunión de un grupo religioso.
El señor Víctor continúa en ascenso por la Calle Real de Puerta Caracas hasta llegar a la Esquina San Vicente y continuar hacia Catuche, comunidad construida al margen del río que lleva el mismo nombre.
Frente a la Rectoría Eclesiástica San Ignacio de Loyola, el cronista, con un cigarro en su mano izquierda y ajustando su cintura con la derecha, escucha atentamente a Manuel Lara, otro vecino de La Pastora, y su historia sobre Catuche.
El grupo continúa su recorrido por el margen del río. Escuchan atentos el cantar de las aves, la afluencia de agua y algunos gallos. Todos se detienen y contemplan un gran árbol, la ceiba.
—Es más antigua que la ceiba de San Francisco ubicada al frente de la Iglesia de San Francisco, en Caracas —comenta el cronista.
Ya pasado el mediodía, sigue por la calle Portillo a Rejas, en dirección hacia la Iglesia La Divina Pastora. Camina por uno de los laterales del templo para llegar a la plaza La Pastora, en la que pueden verse a varios niños jugando pelota, y los vecinos en su acostumbrada rutina.
En una ventana se encuentra a la dueña de una bodega, quien saluda amablemente.
—Don Víctor muy buenos días ¿cómo le va?, estoy vendiendo productos de Inmerca, ¡a muy buen precio!
—¡Ah qué bueno! eso hay que anunciarlo en el grupo de Facebook Emprendedores de La Pastora —responde el señor Víctor.
A sus más de 70 años, ha ido adaptándose a los avances de las nuevas plataformas digitales. En una oportunidad, al terminar un recorrido, Sofía Selgrad de Te Paseo y Te cuento, le pidió su cuenta de Instagram, a lo que respondió improvisando @victorzambranodíaz.
Al llegar a casa le pidió a su hija Viceli que le abriera rápido una cuenta en Instagram con esa dirección, y así fue cómo se inició en esta red social.
El señor Víctor se ha familiarizado con los algoritmos. Además de gestionar su cuenta en Instagram, administra grupos en Facebook Emprendedores de La Pastora desde el 10 de noviembre del 2013, Parroquia La Pastora y Catuche desde el 2008, donde publica información histórica de la parroquia y apoya al comercio local de los vecinos.
—¡A mí me encanta! La señora Chepa, por ejemplo, tiene 89 años y maneja Instagram —dice.
Este ímpetu del cronista por adaptarse a las nuevas tecnologías para compartir su conocimiento desde distintos espacios provoca la admiración y respeto de quienes también trabajan por promover la memoria e identidad caraqueña.
Víctor Zambrano es un pastoreño sensibilizado y orgulloso de su entorno, que se propuso como misión de vida rescatar de la amnesia colectiva, la historia y los patrimonios de su amada parroquia, comentan casi al unísono Sofía Selgrad y Manuela Ríos, directoras de Te Paseo y Te cuento.
—Un alma generosa que ha enseñado a pastoreños y visitantes a reconocer los hechos, los valores y los detalles que hacen de esta parroquia, un lugar único y memorable dentro de la historia de Santiago de León de Caracas —dice Sofía Selgrad.
Destacan que se haya dedicado con pasión a buscar en las fotografías antiguas, los retazos de historia que le han permitido ir armando, poco a poco, ese gran rompecabezas de la historia de La Pastora.
—Escucharlo es como abrir una ventana hacia la espiritualidad. Su mirada, llena de sabiduría, nos recuerda la presencia divina que yace en el corazón de cada persona, tal como lo simboliza La Pastora —describe Manuela Ríos.
woow, Excelente reseña del Cronista Harold Contreras e imágenes de Guillermo Suarez. Recoge mis expresiones y sentimientos durante varias sesiones y las trascribe con la misma pasión que un buen pastoreño. Con esta publicación me siento honrado y comprometido, con el legado de mi gentilicio Ser Pastoreño y darla a conocer. Siempre a sido mi objetivo desde que comencé en esta labor, Doy las gracias a todo el equipo de cronistas y fotógrafos de Historias que Laten, por honrarnos con todos este legado de crónicas de La Pastora y darle ese valor poético a todos los personajes y lugares que aparecerán en este recorrido, gracias a mis amigas Sofia y Manuela de te Paseo y te Cuento, a Derbys Lopez de Fundhea. A la C.A.F. que sin su apoyo económico estos proyecto serian, muy cuesta arriba. De mi consideración y aprecio, Una vez mas GRACIAS
Me fascinó, primo! Un gran mensaje y legado comunicado de forma tan acertada y especial. Saludos XOXO
Gracias Sr. Victor por ese impulso materializado que hoy nos permite recorrer desde su experiencia y a través de Harold y Guillermo, las historias y vivencias que coexisten en La Pastora.
Sin duda alguna merecedor de este reconocimiento, cuando me preguntaron a quien postulaba para este trabajo sin pensarlo dije al Sr. Victor , por ser un personaje comprometido y sensible con todo lo que tenga que ver con la pastora, gran exponente y promotor de nuestra cultura y nuestra gente…en hora buena amigo Victor…!!!
Adentrarse en la Pastora es posible y he (re) conectado a través de las historias, y todo el recorrido plasmado. La crónica del cronista que dijo que no solo 3 eran suficientes… Ahora se traduce en una muestra colectiva de identidad y ejemplo de hacer ciudad 🩷
Muchas gracias Harold Contreras, por compartir tan valiosa y excelente reseña acerca del Sr. Víctor Zambrano Diaz. Que bonito leer historias como la del Sr. Zambrano, las cuales no hacen recordar que aún existen personas sensibles, preocupadas y con sentido de pertenencia hacia su comunidad.
Excelente reseña, es importante conocer este tipo de historias y personajes que hacen de muestra historia un descubrir de todo aquello que desconocemos, es revivir e imaginar en sus relatos el transitar de una época, el transitar de una vida.. excelente, esperemos ver más historias como estás.
Excelente relato, leer estas líneas nos llevan a conocer un poco de un lugar emblemático de Caracas, La Pastora, gracias al equipo que hizo posible este trabajo y al sr. Victor, por mostrar su amor y cariño por esta localidad
Harold me parece la persona más extraordinaria, creo que captura la esencia de las personas y siento su fotos, así mismo considero que sus fotografías demuestran lo sincera y cruda que es la vida
Excelente artículo Harold. ¡Me encantó!
Excelente historia! Felicidades Harold … Me encantó la Historia del Sr. Victor por todo lo que ha logrado en su Parroquia, me pareció genial el nombre que le dan a la calle de las Matas! Pq yo al colocar gasolina en la estación de servicio Natividad, subo por esa calle tan espectacular y fresca que hacen los árboles y digo: esta calle es hermosa por sus matas! Por supuesto sus fachadas que son icono de La Pastora! También me llamó la atención el resguardo de las fotografías que tiene el Sr. Victor…es una Bendición para la memoria de todos!
Éxitos y Felicidades!
El Sr. Víctor Zambrano es uno de esos personajes que siempre están en la búsqueda de esos pequeños y grandes detalles, historias, fotos, todo lo que tenga que ver con nuestra parroquia,
además es una persona que siempre esta dispuesta a compartir esos conocimientos, yo personalmente tengo mucho que agradecerle porque es mucha la información que me ha proporcionado, agradecido con el Sr. Harold por el excelente artículo que le ha hecho, muy merecido. Sr. Víctor felicitaciones.
Lo disfruté tanto! Qué bello y cercano acercamiento a algo tan valioso. Felicidades, primo.
felicitaciones excelente reportaje y buen merecido, ya que es unas de las personas que quieren su parroquia y la enaltece.
Querido Harold un muy merecido reconocimiento para el Señor Victor y seguramente de ahora en adelante sus vecinos serán muy cuidadosos con sus fotos y documentos y pensarlo bien antes de tirarlos a la basura
«Recordar es volver a vivir», hermoso relato y grandiosa labor de aquellos que dedican si vida a rescatar y difundir la historia. Felicitaciones por tan excelente trabajado de redacción y fotografía.