por INGRID ORJUELA | Jun 6, 2010 | Lectores con fotogaleria
La línea que divide el mar del cielo es casi invisible. El amanecer, más que un simple amanecer, es casi una ofrenda religiosa de la naturaleza. La ensordecedora paz de Tulum conduce a una especie de trance espiritual, y más si se está frente a la playa; se siente que...