Seleccionar página

La Universidad Central de Venezuela está rumbo a cumplir sus 300 años de fundada. Es una institución más antigua que la República y en el año 2000 fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad. En esta audiogalería, el paseo por las instalaciones de «la casa que vence la sombra» cuenta el empeño de algunos por mantener sus espacios habitados, limpios y vivos. Aunque sean destellos en la inmensidad, esto muestra otra cara de la primera casa de estudios del país, con grupos que intentan adecentar algunos lugares emblemáticos del campus, compartir alimentos en Tierra de nadie, pasear en bici por sus instalaciones. La UCV luce en cada uno de sus recovecos el abandono que venía sufriendo y que se ha empeorado en este año de pandemia. Pero también es baluarte de resistencia, de rescate, de pensamiento crítico, de formación académica, de libre pensamiento, y por qué no, es cuna de irreverencia.

Desde hace más de un año, la Ciudad Universitaria de Caracas luce desolada. Sólo algunos transitan por este campus cuyo patrimonio parece olvidado por la humanidad. Se ven carros estacionados en zonas peatonales, ropa tendida en los bancos, plantas enredándose entre los salones.

Pero de tanto en tanto, en plena Tierra de nadie aparecen estudiantes, ciclistas, egresados o activistas que se empeñan en seguir haciendo de sus vastos jardines e imponentes pasillos, un lugar para el encuentro. Para mantenerla viva, limpia, y sentir que con estos pequeños gestos, la siguen habitando.

Ucevistas o no, se niegan a aceptar que espacios como el Aula Magna, uno de los más emblemáticos del campus, continúe mugriento. O que el Jardín Botánico termine en el olvido. 

Organizan acciones para para rememorar la vida universitaria, aquella que palpitaba cuando acudían al campus a estudiar. Esa es su manera, así sea a ratos, de acompañar a la Universidad Central de Venezuela en esta soledad.

Créditos:

Guion Carla Contreras.

Fotografías Carlos Bello y Sergio González.

Edición video Rayner Yanez