Nada es casualidad en la vida. Más de 15 años han trascurrido desde aquel día en el que monseñor Rafael María Febres-Cordero tomó el cruce de calle equivocado en una carretera y se perdió por las sinuosas vías hatillanas. Después de un largo camino, el extravío lo llevó hasta La Mata, en la zona rural de El Hatillo. “Estaba perdido, así que al ver una pequeña capilla, allí me paré. Cuando bajé del carro una señora me dijo: —Padre, a usted lo trajo Dios”. Un joven yacía muy enfermo y pedía ver a un cura. Monseñor Febres-Cordero logró confesarlo antes de morir para que descansara en paz.
“Nunca habían contado con un sacerdote. Luego llegué a Sabaneta, a un lugar muy hermoso. Me paré justo sobre el sitio donde hoy está la ermita y me dije: Aquí construiré la iglesia, es la voluntad de Dios”.
La relación del monseñor con los pobladores de la zona rural de El Hatillo fue amor a primera vista. Hoy es un hatillano más, y un referente que resalta por su vocación de servicio y su valiosa labor social y espiritual.
La construcción de la ermita de Sabaneta, hecha en piedra, fue idea de Monseñor. Allí ocurrió un milagro: Salomón Leclercq salvó la vida de una niña del pueblo. Monseñor lo documentó y gracias a su tesón el beato fue santificado por el Papa Francisco.
Un gran amigo y jamás lo olvido, me dio clases en el colegio la salle de Caracas y me regaló una biblia firmada por el que aún la conservo después de 45 años, una gran persona.
Un gran amigo y jamás lo olvido, me dio clases en el colegio la salle de Caracas y me regaló una biblia firmada por el que aún la conservo después de 45 años, una gran persona.
Una dilatada y hermosa carrera sacerdotal se revela en Monseñor Rafael Febres Cordero, hatillano por obra y gracia del Señor, como el mismo lo refiere con la humildad que lo caracteriza y que es uno de los atributos que sus fieles admiran en su persona. Que Dios le prolongue por muchos años más su feliz existencia.
Excelente padre, lo vemos por y familia. Me gustaría saber si el monseñor podría venir a confesar a mi mamá que se encuentra mal con COVID, es Colinas de Bello Monte.
Gracias
Mi Guía espiritual, mi confesor y amigo, somos afortunados de tenerlo en la comunidad de Sabaneta, El Hatillo, Dios nos bendijo con su presencia
Gran sacerdote y un excelente amigo, fue oficial asimilado en la marina, capellán de la Escuela Naval de Venezuela.
Lo aprecio mucho y siempre estará en mi corazón.
Tuve el privilegio de ser uno de los oficiales encargados del curso de su formación como oficial asimilado de la Armada de Venezuela, él era el capellán de la Escuela Naval.
Luego tuve el honor, de que fuera, junto al padre Porras Sánchez, otro alumno del curso, quienes oficiaran la ceremonia de mi boda en la iglesia de Santa Eduvigis, Caracas, el 02 de septiembre 1978. Un gran abrazo mi estimado Rafael.
Monseñor Febres Cordero
Soy Juan Carlos Emmanuelli, fuimos compañeros de estudios en bachillerato en La Salle La colina, Interesado en contactarte para orientación espiritual. Sigo siendo Católico practicante, pero con gran interés en tus consejos.
Espero puedas responderme.
Un abrazo 0414 3204414