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Mientras las caravanas oficialistas celebraron el triunfo del PSUV en la gobernación y la alcaldía de Mérida, la oposición se alzó con la mayoría de las alcaldías. A pesar de que la participación electoral fue escasa, para muchos de los merideños que no se abstuvieron, votar sí valió la pena. Los triunfos fueron repartidos en la entidad andina.
Presentamos una nueva entrega de Crónicas Electorales, una cobertura en alianza entre Efecto Cocuyo e Historias que laten para contar las historias detrás del #21N en cuatro regiones del país. #CrónicasElecciones2021

Al día siguiente, en Mérida se podía sentir la resaca electoral. En distintos lugares de la ciudad, algunos merideños se lamentaban: “Otra vez a calarnos a los rojos y el ruido que hacen en la plaza Bolívar, ya no se podrá pasar por ahí tranquilamente”, “eso pasa porque no hay una verdadera oposición, todos son unos vendidos”, “eso fue trampa del CNE, seguro maquilló los resultados”.

Después de conocerse los resultados de las elecciones regionales del 21N, los seguidores de Nicolás Maduro se movilizaron en espera del pronunciamiento del Consejo Nacional Electoral a las afueras de la casa del PSUV, ubicada en los alrededores de la avenida Urdaneta de Mérida. Allí celebraron la victoria -hasta la madrugada- junto a sus líderes con gritos, música y abrazos.

Recorrieron en motos las calles para festejar la victoria de Jesús Araque (PSUV), alcalde electo en el municipio Libertador, joven que derrotó al actual alcalde Alcides Monsalve de la Alianza Democrática.

Más temprano, y poco después de que abrieran el Liceo Caracciolo Parra y Olmedo de la capital merideña, una pareja de profesores jubilados de la Universidad de Los Andes llegó a este centro de votación con la ilusión de recuperar una democracia que consideran perdida. Los esposos Antonio Acosta e Ilda Alarcón destacaban entre los pocos electores en su centro de votación. La abstención durante los comicios en Mérida, un estado donde hay 640.808 electores inscritos, fue superior al 55% de acuerdo al CNE.

—Siempre salimos a votar juntos. Hoy me motiva salir a votar para que el país salga adelante porque esta es una situación de catástrofe para nosotros, somos jubilados y no tenemos ni cómo vivir —dice Antonio Acosta, de 78 años.

A esta pareja de merideños les tocó sortear la vejez en un escenario con un inminente deterioro de los servicios públicos. En La Pedregosa, zona de su residencia ubicada en el municipio Libertador, la electricidad falla todos los días, la vialidad está en ruinas y es pésima la distribución del agua potable, el transporte público no circula regularmente por la escasez de gasolina que, desde hace más de cinco años, convirtió Mérida en una ciudad agotadora para vivir.

Ilda vestía una falda negra de gabardina que le cubría hasta los tobillos y un suéter grueso variopinto de lana para protegerse del frío que ronda cada mañana, en una ciudad andina custodiada por el majestuoso Pico Bolívar. En su mano derecha sostenía una cartera pequeña en la que llevaba su cédula y otros documentos personales. A su lado su esposo que nunca la perdía de vista en los pasillos del liceo.

Después de votar, la señora de 75 años se sentó en un pupitre deteriorado, para contar un episodio que en momentos como éste, le recuerdan cuán solos están.

—Mi hija se murió en el 2017 por difteria, fue muy duro, la muerte de un hijo es insoportable.
La pareja tuvo dos hijos, la hembra falleció hace cuatro años y el varón emigró. Ahora están solos en Mérida, como tantos padres y abuelos en Venezuela dejados atrás por la migración.

Horas confusas

Ricardo Meléndez y su esposa Luz Marina Prada llegaron a votar después de las cuatro de la tarde a la Unidad Educativa María Emilia.

Ricardo se mostró confundido porque no sabía cuál era la verdadera oposición. Una vecina le explicó “por encimita” cómo votar horas antes. Como muchos otros merideños, él se había abstenido en varios procesos electorales, entre ellos el de 2020, cuando el CNE llamó a elegir los diputados de la Asamblea Nacional (AN).

—Había trampa en algunos casos y traté de evadir. Pero debemos tener fe en Dios que esta vez todo sea transparente.

En medio de una fuerte lluvia, Luz Marina contó que su esposo tiene cinco empleos para poder alimentar a sus cuatro hijos, dos de ellos son adolescentes y uno trabaja. El salario no les alcanza para lo necesario.
—El CNE funciona en contra de quienes sueñan con libertad, salí a votar por el futuro de mis hijos, para que no se vayan del país.

Luz Marina cuestiona la imposición de “protectores”, pues ella, quien siempre ha acudido a votar, cuando ganan los candidatos de su preferencia el gobierno impone gobernantes paralelos. Como ocurrió después de las elecciones de la Asamblea Nacional en el año 2015, cuando tiempo después instalaron una Asamblea Nacional Constituyente y posteriormente, en el 2017, ganó las elecciones a la gobernación Ramón Guevara. Pero Nicolás Maduro nombró a Jehyson Guzmán protector del estado Mérida, un cargo que no existe en la Constitución Nacional, pero que le sirvió para manejar recursos del Estado.

—Es ilógico que si las personas escogen a sus gobernantes les impongan otros. Por eso llueva, truene o relampaguee no dejamos de votar —asegura Luz Marina.

A pesar de la desinformación reinante, de la confusión de por quién votar y cómo hacerlo, de la desconfianza en el sistema electoral y de la incertidumbre, Ricardo y Luz Marina al igual que cerca de la mitad de los electores merideños decidieron participar porque esperan que su acción sirva para algo y están convencidos que es peor no hacer nada.

Los resultados

La división de los partidos políticos de la oposición que integran la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y la Alianza Democrática fue clave para el triunfo de algunos candidatos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), la abstención se debe en parte a estas fracturas que terminan cobrando facturas políticas.

De acuerdo con el boletín ofrecido por el Consejo Nacional Electoral, un total de 115.940 personas votaron por Jehyson Guzmán (PSUV), derrotando al actual gobernador Guevara (MUD), quien sumó 97.578 votos (34.24%). Por su parte, Edgar Márquez de la Alianza Democrática obtuvo 65.035 sufragios, que aunados a los de Guevara garantizaban la victoria de la oposición frente al chavismo (162.613). Esto ha generado la molestia del sector de los merideños que rechazan el modelo socialista y lo hicieron notorio a través de las redes sociales, grupos de WhatsApp y Telegram segundos después de conocer los resultados.

En 14 de 23 municipios ganaron los candidatos de la oposición, mientras que en ocho eligieron a los del PSUV, solo falta el resultado de Tovar. En este último, la situación se ha tornado más tensa porque realizaron elecciones primarias entre los partidos opositores, pero el boletín del CNE da ganador a Yvan Pulliti (PSUV) con 5.520 votos, seguido de Sonia Castro de la MUD con 4.904 y en tercer lugar Luis Márquez de la Alianza Democrática con 1.558.

Castro confía en la adhesión prometida por los partidos de la Alianza Democrática para que le sumen los votos que la garanticen ganadora y espera junto a sus seguidores a las afueras del CNE de la localidad para exigir que la adjudiquen alcaldesa, en un municipio que el pasado 23 de agosto sufrió una tragedia que cobró al menos 20 vidas, tras un deslave y el desbordamiento de ríos que dejó más de 700 familias damnificadas. La gente aún no se ha recuperado de este lamentable episodio.