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«Bajo la premisa de Henri Cartier-Bresson de que la fotografía es un acto en el que se sitúa la cabeza, el ojo y el corazón en un mismo plano de foco, mis imágenes reflejan la práctica del Yoga, no sólo como una simple disciplina física sino como una gran disciplina mental, donde en el mismo eje convergen cuerpo físico, espíritu y corazón. Las fotografías muestran un estado de concentración profundo, en el que se es consciente de los centros de energía y de su significado metafísico y espiritual, más allá de cualquier referencia anatómica visible. De esta manera, tanto el acto fotográfico como la práctica del Yoga requieren de conocimiento, acción y voluntad».