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El fotógrafo venezolano Alexis Deniz documentó el trabajo de los caficultores en Colombia con imágenes que transpiran olor a tierra y a grano colorado. Les presentamos estos retratos sobre el arraigo a una tradición que se ha mantenido por generaciones en ese país

Por Alexis Deniz M   @denizfotografia

Las sabias manos de Libaniel Serna, Samuel Soto, Fabian Quintero y María Estrada recogen semillas coloradas que lucen como piedras preciosas y resaltan entre el verdor del campo donde crecen. 

Son los encargados de esta finca anclada en el sector Vereda La Mina del Valle del Cauca: venden el café a la cooperativa de cafeteros de la zona y siguen aún cuando la actividad da pocos beneficios hoy en día. Allí han cultivado café tres generaciones seguidas.

En época de lluvias los caminos de esta zona son prácticamente impenetrables, las mulas y los caballos son los responsables de sacar de las montañas la semilla de café.

Lo duro del trabajo y el poco rédito va alejando a los jóvenes del campo pero todavía hay familias que luchan y resisten a estas dificultades, que se niegan a romper su compromiso con la tierra. 

Todavía hay quienes tratan de competir con los nuevos paradigmas y desean permanecer en sus orígenes, se preocupan por rescatar variedades autóctonas y hacen énfasis en lo orgánico para diferenciarse de la tendencia actual.

Ese es el interés de los caficultores vallecaucanos, de los integrantes de la familia Girlado-Serna en el Valle del Cauca en Colombia, mantener la esencia de un proceso que lleva más de tres siglos en esta tierra.

Estas imágenes documentan las jornadas de una de las tantas familias caficultoras de Colombia. Se retrata –con admiración– el esfuerzo que hacen los campesinos colombianos por seguir con el cultivo del café a pesar de trabajar en condiciones económicas y de seguridad poco favorables.

Se muestra la cotidianidad de esta tradición que logró su primera exportación de café hace 150 años. Desde sus inicios, se ha mantenido el arraigo de los caficultores, la tradición familiar y la energía de estos campesinos que se dedican a cultivar la materia prima de la bebida más consumida en el mundo.