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Todo en esta vida se mueve. Incluso aquellas cosas que vemos aparentemente estáticas, cobran vida cuando forman parte de un contexto, de una escena. Ejemplo de ello se puede ver en esta serie que, con la excusa de jugar con el movimiento, toma como punto de partida vallas, anuncios publicitarios e incluso murales pictóricos de Madrid. Pretende así destacar la relación que se establece con algunos personajes que de manera azarosa deambulan por la ciudad. ¿Resultado? Escenas oníricas, contrastes y antagonismos culturales, ironías, estereotipos, simbiosis… Imágenes que parecen calculadas, forzadas, pero que no son más que producto de la casualidad, de horas y horas de espera y de experimentar con otras imágenes que por diversas razones conviven con nosotros en las calles.