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YORDI ARTEAGA, especialista en Entenamiento Funcional FTS, Fotógrafo. @yordiarteaga @yordiarteagaphoto @ftsvenezuela

“Master. Así me llaman muchos de quienes por más de 30 años han recibido mis enseñanzas en entrenamiento funcional FTS (Functional Training System), una metodología para el trabajo del cuerpo desarrollada en Venezuela por este servidor.

Nací en Caracas hace 53 años. Aquí vivo y trabajo. Soltero -pero dispuesto a dejar de serlo-.  No quiero irme de Venezuela, en eso soy enfático.  Quiero seguir ofreciendo aquí mis servicios como entrenador personal, dictando cursos y talleres de FTS para entrenadores y asesorando negocios del fitness. Mi otro yo es fotógrafo y se inicia en los microvideos. Me gusta reinventarme.

 

La decisión de quedarme en Venezuela, en principio, tuvo que ver con mi familia, particularmente con mi mamá, pero desde que ella evalúa la posibilidad de emigrar a México, donde reside mi hermana mayor,  he asumido razones más personales para mi permanencia en el país.

En las actuales circunstancias hay que generar estrategias de sobrevivencia. Yo lo hago promoviendo la actividad física, ayudando a la gente al desarrollo de su cuerpo de una forma  funcional. El estar en forma permite que fluyan emociones positivas y una mejor disposición para superar los tiempos que corren. Caminar en el parque, entrenar en un gimnasio o  en casa es parte de eso.

Además, hago fotografía e incursiono en el arte. Uno de mis temas es El alma de las cosas: retrato objetos y espacios tratando de hallar el alma de sus creadores. En paralelo, me he formado como Coach en Vida y Deportes y colaboro con iniciativas de fundaciones como Yoga en los barrios. Tanto mis creaciones como mi trabajo son formas de oponerme a lo que ocurre en Venezuela.

También lo lúdico cotidiano forma parte de mis estrategias de sobrevivencia: me es fundamental meditar diariamente, compartir un café con amigos, disfrutar todo lo que puedo, pero sin negar la situación actual.

En este país hay mucha gente que está reinventándose, reconfigurándose, y eso me inspira para hacer lo mío desde aquí porque en Venezuela no todo está perdido, aunque parezca.

Sao Paulo, Río, Ciudad de México y Buenos Aires han sido mis otras ciudades. En ellas tengo amigos, contactos por si acaso tuviera que activar un plan de salida del país.Pero desde que regresé a Caracas en el 2001-después de estar casi cuatro años en Baires- es aquí donde quiero trabajar, crear y morir.

¿Cómo no desaparecer cuando todo está desapareciendo? Pues creando. Quiero invertir mi energía en este país. No podemos quedarnos en la queja, en la lamentación por lo que no hay. Tenemos que disfrutar lo que hay y crear un futuro”.