Cuando un fotógrafo dice que es documentalista, se cree que es un fotógrafo exótico, de lugares rebuscados o de alto riesgo. Pero creo que lo más difícil para todo fotógrafo es documentar lo que ocurre en la intimidad de su familia: exponer a tus propios seres queridos al escarnio público.
Fotografiar a un ser querido que se encuentra en un estado de soledad es afrontar una realidad de la que eres partícipe. Es decir “soy cómplice por omisión” y en el caso de mi familia, todos fuimos cómplices por omisión.
Ella es mi abuela, está sola, con poca o nula compañía a pesar de vivir con otras seis personas. Es viuda desde hace doce años. Nunca fui apegado a ella, en mayor parte porque no puede hablar desde hace más de veinte años. En el tiempo que pasé con ella entendí esa soledad. Pude entender el silencio y su cansancio de seguir viva. Nació en mi la necesidad de mostrarle a todos en realidad cómo vive.
Sus hijos y nietos pudimos ver la realidad de su vida detrás de las reuniones familiares y actuar en consecuencia. Este ensayo fue nuestra alerta. Dejamos a nuestros padres y abuelos envejecer y los dejamos sin el mismo cuidado, paciencia y compañía que nos dieron a nosotros.
Cuando terminé este ensayo, sentí vergüenza de mi y de mi familia por dejar que estuviese tan sola. Ahora sólo quiero que se conozca su historia y que la persona que vea este ensayo se pregunte hacia adentro, si esta misma situación no ocurre dentro de su familia.
Soy una cobarde, siempre muestro lo que está allá afuera. Supongo que jamás me atrevería a auto criticarme así. Te admiro mucho. Como persona hiciste algo grandioso y el trabajo fotográfico es impecable. Un gran abrazo.
Gran reseña Ale…. Me encanta -Aunque me haga un nudo en la garganta- la última fotografía, pues algo parecido me pasó con mi bisabuela, a quien no pude aprovechar a pesar de que hablaba a plenitud.
Saludos….
Arianna gracias. Y mas allá de ser una autocrítica, es una crítica abierta a todos los que dejan a sus padres y abuelos de lado.
Estoy profundamente conmovida porque el tema de los abuelos es algo que me conmueve profundamente. A diario me hago preguntas, dudo, hago lo posible por acompañar, pero siento que no es suficiente. El lado de la cama que ya no está ocupado fueron 56 Navidades uno al lado del otro. La vida quizá nos canse a nosotros también. Pero, mientras tanto, hagamos lo posible por querer.
Definitivamente envejecer no es para cobardes. Qué buen título.
Te felicito.
MaR.-
Oscar mi pana, gracias. Yo creo que la ultima imagen habla por si sola, y es realmente la ultima imagen que he tomado de ella.
Querido primo…. Primero mil felicidades por tan grandioso trabajo… En mi ultima visita compartimos varias fotos de esas que se muestran en la reseña y que forman parte de nuestra realidad… Realmente cierto todos los detalles y comentarios expresados ya que ese es el día a día de nuestra viejita!!! No permitamos que en sus últimos años de vida siga sintiendo esa soledad de la cual ya esta empapada… no permitamos decir al final que no pudimos compartir con ella y darle un momento de felicidad… Porque cuando el abuelo se fué, aun no tu y yo no teníamos palabras para sentarnos a conversar con el de la vida… Tanto así que descubrí la historia de la familia Cegarra no hace mucho! Tengo otra viejita por acá y créeme que a diario busco la manera de brindarle amor, cariño, apoyo y de siempre mostrarle que aquí estoy para todo… TE AMO ABUELITA A PESAR DE LA DISTANCIA!!! Gracias primo excelente elección… Vas a ser grande!!! Mil éxitos y te quiero muchoooooooo! lo sabes!
Cierto, extraordinario documento y un ejemplo de lo que a veces no se reconoce como documento: la vivencia cotidiana, el retrato del fotógrafo mismo y su entorno, la vida misma, que se va y sólo las fotos quedarán para testimoniar lo que una vez fuimos e hicimos… y quienes nos acompañaron a ser lo que fuimos, pues sin ellos no seríamos.
Marcy, me quedo con tu ultima frase “hagamos lo posible por querer”. Sandy, lo que acabas de escribir es el proposito del ensayo, me alegro que llegara el mensaje.
Gracias Alejandro por estas fotos y por compartir tu historia. En este instante siento un profundo deseo de salir corriendo y abrazar a mis abuelas.
Excelente reportage, fotos, todo. Obviamente llore hasta el cansancio y estoy totalmente de acuerdo que envejecer no es para cobardes. Me encanto. Yo fui criada por mi abuelita y por circunstanias de la vida no pude seguir estando con ella en sus últimos 2 anos de vida. Y también siento culpa porque siento que no le dí el trato justo. Gracias una vez mas por tan hermoso reportage.
Verdaderamente conmovedor su trabajo, y un tema que la sociedad occidental practicamente oculta y evade. Felicitaciones.
Gracias a todos por sus comentarios!
Se me arruga el corazón. Buen trabajo.
Mañana mismo saldré para el llano a visitar a mi viejita y me quedaré un montón de días con ella!!!!!!!!!!!