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Foto cortesía Rodrigo Abd

Un día cubre una guerra en el Medio Oriente y al otro la devastación que hacen unos mineros ilegales en el Amazonas. Puede pasar semanas anclado en un mismo sitio registrando lo que sucede. Obsesivo del detalle y de mirar lo que otros no ven. Es un documentalista de lo cotidiano. Un contador de historias a través de imágenes que hablan y emocionan. Un perfil dibujado por Sheyla Urdaneta que retrata al reconocido fotoperiodista Rodrigo Abd. Este es nuestro regalo para su cumpleaños 44

Anda con una caja de madera color naranja que es solo un poco más grande que la que usan los magos en un circo. Mide 25 por 30 centímetros y la sostiene de un trípode que se cae a pedazos, al que se le salen los tornillos y se desarma con facilidad.

Dentro de la caja naranja hay un lente fotográfico de los que usan las cámaras tradicionales, espacio para colocar dos bandejas pequeñas con líquidos de revelado, una puerta por donde mirar para enfocar y un pedazo de tela negra.

Fotos Sheyla Urdaneta

Todo este equipo pesa seis kilos y no es obligatorio para su trabajo formal, pero es justo este peso adicional lo que parece que complementa a este hombre que no para, y que está siempre queriendo voltear la mirada.

Da la sensación de que no se peina, lleva una barba sin cuidar, viste ropa a la que se le nota que tiene años y cuando vino la primera vez a Venezuela, en 2007, lo apodaron: El Comegente.

Rodrigo Abd es fotógrafo hace 21 años y desde 2003 trabaja para la Agencia de Noticias Associated Press. En 2010 vivió en Afganistán y decidió que iba a unir a su trabajo una cámara afgana o cámara de madera. La caja naranja es la segunda que tiene porque la primera se la robaron en Guatemala.

Foto cortesía Rodrigo Abd

“La cámara de madera hace cambiar completamente tu forma de mirar el mundo. Se observa el mundo con otros tiempos. Es mirar más a los ojos, a esas miradas que te cuentan el drama, pero de otra manera, sin tanto movimiento. Es prestarle más atención a los detalles”. 

Foto Rodrigo Abd. Afganistán, 2010.

Tiene 44 años. Es argentino. Se fue de su país hace 17 pero mantiene el acento intacto, como si se hubiese mudado ayer. Vivió en Guatemala, en Afganistán. Y desde 2012 está basado en Lima donde reside con su esposa Lorena y su hija, de cinco años, Victoria.

Foto: Rodrigo Abd. Lybia, 2011.

Pero no para. Unos días está cubriendo la guerra en Siria y otro día metido 30 metros debajo del mar cubriendo la pesca de langostas en una remota isla, entre Honduras y Nicaragua, donde no va casi nadie.

Foto Rodrigo Abd. Venezuela, 2004.

Puede estar en un pueblo del Caribe al oriente de Venezuela, en donde hay enfrentamientos entre piratas y pasarse en un instante a cubrir protestas políticas en Caracas.

Foto Rodrigo Abd. Haití, 2010.

Antes estuvo en el terremoto de Haití y pasó días dentro de una cárcel registrando a las maras o pandillas, en Guatemala.

Foto Rodrigo Abd. Perú.

Caminó por lo que califica “el estado calamitoso” de las empresas básicas en el sur de Venezuela y pasó meses documentando la cotidianidad en una zona de pescadores, en el municipio Cabimas del estado Zulia.

En ese lugar, al menos en seis oportunidades, llevó su cámara de madera hasta la mitad del lago de Maracaibo, en un bote inmundo, con cangrejas llenas de petróleo y a una temperatura de 50 grados.

Durante la pandemia le ha seguido el rastro a los contagiados, a los fallecidos y a sus familiares. Tiene reportajes en los cementerios pobres de Lima. Acompañó a los venezolanos migrantes que les tocó sacar a los muertos de sus casas y llevarlos por sus medios a enterrar, y cubrió una protesta de presos en la cárcel del barrio más grande de Perú.

Foto Rodrigo Abd. Guatemala, 2007.

Sus fotos han sido premiadas en el mundo y tiene un Pulitzer a cuestas. Prefiere cubrir las problemáticas sociales, estar con la gente. Mirar a donde nadie mira o como dice a veces en tono de burla: “Rascar donde no pica”. 

Por eso se demora y vuelve siempre a sus historias. No le gusta el breaking news. Dice de sí mismo, que es torpe para eso. Que cuando todo pasa rápido él se pierde, que necesita tiempo.

Foto Rodrigo Abd. Guatemala, 2003 – 2011.

Necesita tiempo para guindar la tela negra en la que se detienen sus personajes cuando la cobertura en caliente ha pasado. Necesita tiempo para armar su cámara de madera, acomodar los líquidos, medir la luz. Que no haya errores.

Necesita tiempo para que sus personajes, después de que él se ha vuelto invisible con su cámara digital, puedan posar para su cámara de madera.

Foto Sheyla Urdaneta

Fotos Rodrigo Abd hecha con cámara afgana.

Porque para posar ante esta máquina hay que estar casi inmóvil. Atentos a las indicaciones del fotógrafo, mirar a donde señala con el dedo y escuchar un click que se prolonga por milésimas de segundos. Solo después de eso se puede respirar con tranquilidad, solo después de eso, Abd también respira.

Dice que se enamoró de Venezuela. Suelta una frase cliché: “Fue amor a primera vista”, luego se carcajea. Porque Rodrigo Abd se carcajea cuando habla de él mismo. Aunque, a veces, es pesimista, se autosabotea, desmerita sus logros. Y la frase que más repite sobre él mismo es: “Soy un desastre”.

Foto Rodrigo Abd. Venezuela, 2007.

En 2012 llegó a Venezuela para cubrir el cierre de campaña de Hugo Chávez Frías como candidato a las elecciones presidenciales en las que se midió con Henrique Capriles. Le tocó acompañarlo desde Barinas hasta Caracas.

Ese día, en el aeropuerto privado de Maiquetía, el avión de prensa de Chávez estuvo casi media hora esperando por Rodrigo Abd, no porque no había llegado este fotógrafo, sino porque no le permitían subir con su mate.

Fue entonces cuando sin remordimiento le dijo al jefe de prensa de la gira, de quien por 14 años fue Presidente de Venezuela: “No va mi mate, no voy yo”.

Foto cortesía de Rodrigo Abd. Congreso Latinoamericano de payasos Guatemala, 2012.

Sin más remedio, accedieron a la petición del fotógrafo y se subió con su cabello sin peinar, con su ropa desgastada, con su equipo fotográfico y con su matera. Esa tarde, por accidente, Hugo Chávez le pasó las ruedas del jeep que estaba manejando en Barinas por los dedos de los pies de Abd.

*Para ver más del trabajo de Rodrigo Abd puedes visitar su sitio web http://rodrigoabd.com y su cuenta en Instagram @abdrodrigo

Este trabajo fue producto de la primera cohorte del Diplomado Nuevas Narrativas Multimedia Historias que Laten, en su versión online, en alianza con el CIAP-UCAB y la Fundación Konrad Adenauer, en Caracas de octubre de 2020 a febrero de 2021.

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