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Varias iniciativas lideradas por psicólogos y organizaciones no gubernamentales están impulsando programas para atender, en distintas regiones de Venezuela, a personas afectadas por crisis emocionales, duelos o eventos traumáticos. En esta #HistoriaConstructiva contamos cómo han logrado esparcir la enseñanza del autocuidado emocional entre los venezolanos.

Ilustraciones Betania Díaz

A través  de una pantalla, desde un sillón en un pequeño consultorio de paredes blancas, en una mesa con dos sillas puestas de forma improvisada en alguna cancha pública, por mensajes de texto o llamadas, en persona o virtualmente, varios grupos de psicólogos en Venezuela están resignificando la frase “estar para otros”.

Con la premisa de acompañar y con la mira puesta en sembrar la idea del “autocuidado” en la ciudadanía, estos profesionales se han dado a la tarea de atender a quienes vivieron o viven alguna afectación emocional causada por las condiciones socioeconómicas de Venezuela y el contexto de crisis humanitaria compleja en el que el país está inmerso.

La tarea no es sencilla en una nación en la que la elevada inflación, la crisis económica, la inestabilidad política, la migración y la violencia impiden considerar la salud mental como una prioridad dentro de las políticas públicas o incluso, en los apretados presupuestos familiares.

Pero, pese a los obstáculos, especialistas como los que forman parte de la organización Psicólogos sin Frontera (PSF) y el Grupo Social Cesap encontraron un nicho para hacer entender a la población que necesita sanar desde dentro para seguir adelante en sus luchas personales y colectivas. 

Lo mismo hacen desde 2016 en la ONG Rehabilitarte en el estado Zulia, en el occidente del país, al promover de distintas formas la salud mental y la atención digna a personas con discapacidad psicosocial. 

De la formación a la atención

En el 2014, uno de los años de mayor crisis en Venezuela, con la polarización política en sus niveles más altos, la organización Psicólogos sin Fronteras recibió varias solicitudes de atención que se sumaron a peticiones de apoyo planteadas a dirigentes de Cesap para atender a mujeres en duelo en varias comunidades de Caracas.

Con esta motivación, Cesap y Psicólogos sin Fronteras decidieron unirse para crear lo que, en principio, fue un programa de formación para capacitar a líderes comunitarios en materia de autocuidados emocionales. 

Marisol Ramírez, psicóloga y coordinadora de esta alianza, cuenta que el proyecto inició en 2017 con un programa de formación mediante el que se brindaron algunas herramientas primarias a los participantes de varios sectores vulnerables de Caracas, pero que con el pasar de los días se dieron cuenta de la necesidad de una atención más específica y diferenciada. 

En esa primera cohorte, explica, se trataban temas claves como la comunicación de ayuda, el manejo de las crisis, el manejo de los duelos y todo lo que era el marco psicosocial y los primeros auxilios psicológicos –explica.

—Así fuimos funcionando con un pequeño consultorio. Seguíamos desarrollando el área de formación comunitaria psicosocial y llegamos a tener, hasta la pandemia, seis cohortes con un promedio 30 personas cada una –recuerda Ramírez. 

El crecimiento del programa fue tan acelerado que, entre risas, cuenta cómo terminaron atendiendo pacientes bajo escaleras, en un toldo, en una pequeña oficina, en recepciones y donde fuese requerido su apoyo.

Un año después lograron concretar un espacio de “acompañamiento psicológico” más personalizado al que denominaron Acompañando en el dolor, un servicio que arrancó con cinco psicólogas para “atender situaciones relacionadas con la crisis inicial que pudieran tener en el marco de la psicoterapia breve de urgencias”. Se trata de un procedimiento para atender una situación de crisis, más allá de los primeros auxilios psicológicos. 

Así, en cinco o 10 sesiones, este grupo pudo atender crisis particulares a partir de eventos traumáticos, duelos y situaciones vividas en el contexto del país, como señala Siboney Pérez, a cargo de la vicepresidencia de PSF. 

El proyecto se extendió y se convirtió en un completo programa de soporte psicológico con el gran atractivo de ser completamente gratuito y el agregado, desde la pandemia por la covid-19, de brindar apoyo de forma digital, por medio de llamadas o mensajes.

Desde que iniciaron y hasta el primer trimestre de 2022, este proyecto logró contar más de 20.000 citas efectuadas, que equivalen a unos 9.000 pacientes de toda Venezuela. 

Durante estos años, Acompañando en el Dolor habilitó también programas de formación y atención especiales para gremios como los periodistas, quienes han recibido de las especialistas de este proyecto no solo técnicas de primeros auxilios psicológicos para atender crisis en sus trabajos y en ellos mismos, sino apoyo ante coyunturas importantes y riesgos latentes que ponen en jaque su estabilidad emocional o generan estrés. 

En este momento, el programa de PSF y Cesap se está transformando y pasó a llamarse Servicio de Atención Psicológica Armando Janssens, que conserva la misma estructura que Acompañando en el Dolor, pero tiene un pequeño costo para lograr sostener el proyecto. 

Desde el Zulia 

La Fundación Rehabilitarte es otro ejemplo del respaldo que los especialistas se abocaron a procurar para promover el autocuidado y la atención psicosocial en el estado Zulia, donde la particularidad de ser una región fronteriza genera mayor cantidad de casos de duelos por separación. 

Rehabilitarte nació en 2016 y fue creada por un grupo de estudiantes de psicología “empujados”, como bien lo describe Raúl Puche, uno de los directores de esta ONG, por la crisis humanitaria y la necesidad de atender a pacientes psiquiátricos.

Al ver las carencias en pacientes hospedados en sanatorios mentales, este grupo decidió iniciar jornadas de acompañamiento y voluntariado en estos espacios, especialmente en el Hospital Psiquiátrico de Maracaibo, donde desplegaron sus primeros años de labor.

Darse cuenta de la afectación psicológica generada por la crisis humanitaria los hizo extender su asistencia a comunidades vulnerables de su estado, una labor que volvió a cambiar en marzo de 2020 cuando la pandemia los obligó a atender casos de forma remota. 

—Por las limitaciones de la pandemia estábamos teniendo servicios de atención psicosocial remota a través de una línea telefónica. Y las guardias de los psicólogos eran de 24 horas y el teléfono no dejaba de soñar – cuenta Puche. 

El grupo atendió “de todo”: casos que iban desde estrés generado por las condiciones de vida, hasta violencia de género y crisis psiquiátricas.

Jamás se imaginaron la amplia necesidad con la que se encontraron, pues se plantearon atender a unas 150 personas y terminaron asistiendo, solo en el primer año de la pandemia, a unas 800 personas. 

La flexibilización de algunas restricciones por la covid-19 les permitió llegar a zonas remotas del estado con talleres de sensibilización y capacitación en temas de salud mental y protección, prevención de la violencia, crianza positiva, apoyo psicosocial individual y, posteriormente, la atención especializada en salud mental.

En ese marco, Rehabilitarte logró ayudar incluso a migrantes que volvieron a Venezuela en medio del auge de la covid-19 y que, por medidas de seguridad, eran enviados a campamentos de cuarentena antes de poder regresar con sus familias. 

Como en el caso del Servicio de Atención Psicológica Armando Janssens, esta ONG ha mantenido el apoyo a ciudadanos en todos los estratos y procura el acompañamiento de personas que no pueden costear a un especialista.

Cuidarse del entorno


La Escuela de Psicología de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) presentó en marzo pasado un estudio que reveló que  90 % de los venezolanos «siente preocupación» ante la situación que atraviesa Venezuela.

La investigación, en la que se aplicaron 1.500 encuestas, determinó que el 42 % de los encuestados considera que «lo que pasa en su vida está muy determinado por la gente que tiene poder», y al 73 % le entristece pensar en el futuro del país.

A esta cifra se agrega que el 79 % de los ciudadanos siente «rabia» al saber la situación a la que se ha llegado en Venezuela.

Las cifras son el reflejo de la necesidad de sostenibilidad de espacios de apoyo psicosocial para los venezolanos, cuyo agobio por temas económicos, políticos, sociales y familiares es un huracán que necesita de paciencia, autoconocimiento y valor para retirar la maleza y ver florecer la paz.

En esta breve guía dejamos algunos contactos que pueden ser útiles para conseguir apoyo para el autocuidado emocional:

Programa de Atención Psicológica Armando Janssens

  • Vía remota por Whatsapp:

Lunes: (0412) 9270235

Jueves: (0412) 7225080

  • Correo: informacionspaj@gmail.com

Federación de Psicólogos de Venezuela 

Línea de Ayuda Psicológica

Contacto:

  • Horario de atención: viernes, sábado y domingo de 8:00 am a 8:00 pm 
  • Teléfonos: (0212) 416.31.16 y (0212) 416.31.18 
  • Redes sociales: @fpv_vzla

Seapsi

Servicio de Atención Psicológica Integral

Contacto:

  • Horarios de atención: De miércoles a viernes de 8:00 am a 2:00 pm.
  • Teléfonos: (0414) 321.95.57 / (0212) 256.40.43

Rehabilitarte

Contacto

  • Instagram: @rehabilitarte 
  • Twitter: @rehabilitarte18
  • Facebook: Fundación Rehabilitarte

Web: http://rehabilitarte.com.ve/