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No más de treinta kilómetros separan a Caracas de Los Teques, esa ciudad dormitorio –satélite, suburbio–, la más importante del estado Miranda. Pero para venir desde allí a la capital, y luego volver, los usuarios que viajan en transporte público (un promedio de cien mil personas) han de emplear hasta cinco horas de sus días para hacerlo. Para llegar a las ocho de la mañana, debes salir de Los Teques antes de las seis o no llegarás a tiempo. Eso porque el metro te facilita las cosas desde 2006 y ya no tienes que sufrir en las busetas y autobuses abarrotados el tráfico infinito de la carretera Panamericana. Ahora, aunque menor, vives la tensión de la hora pico bajo tierra. Hasta ciento veinte minutos sin ver la luz