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¿Por qué justamente esos lugares?
La razón es simple. La mayoría de ellos, salvo Canaima, han sido sitios donde he presentado artículos en congresos relacionados con software o donde pude hacer escalas para llegar al destino final. Como parte de mis actividades de investigación está la presentación de papers en congresos arbitrados y es por ello que aprovecho el viaje para dedicar al menos unos treinta minutos en tratar de reproducir, desde otra perspectiva, la estructura icónica de aquel lugar.
Sydney: Verde la mayoría de las veces, repleta de fauna poco común, cosmopólita por definición y abierta a nuevas culturas. Quince días en suelo australiano, siete en Perth y ocho en Sydney no fueron suficientes para admirar toda su diversidad y belleza, tanto natural como arquitectónica. Sus estructuras son tan llamativas y famosas como su ecología; es por ello que decidí dibujar dos de sus construcciones.
Bangkok: Dorada y gris, contrastante, mítica, llena de templos, pobreza y riqueza que se conjugan indistintamente a lo largo de la ciudad. Heredera de un cultura milenaria repleta de magia, fantasia y seres antagónicos. Un templo es lo más representativo a la hora de pensar en arquitectura tailandesa.
Málaga: Beige, alegre. Como buena ciudad de la madre patria, está colmada de arquitectura impresionante tanto por su antigüedad como por su abundancia y sobretodo por su estado casi impecable de conservación a pesar de su constante uso. A la catedral de Málaga no podía dejarla pasar en mis dibujos.
París: Sepia, romántica, histórica, elegante y sin necesidad de extensa presentación. Fue justamente escala en el viaje a Bangkok y el pretexto perfecto para un dibujo en las escasas seis horas entre vuelo y vuelo. En ese momento, el frío para mí no fue normal, dado que instantes antes había estado un país tropical. No tenía abrigo adecuado ni el tiempo suficiente para perfeccionar o rehacer el dibujo.
San Francisco: Celeste, divertida, criticada, querida, altamente visitada y concurrida. Constantemente nublada, tanto así que su famoso puente no dorado lucha eternamente con la bruma, pero aun así se deja dibujar, por fortuna.
Googleplex, California: Plateado a pesar de su colorido logo, el color dominante en sus edificios es el plateado. Su arquitectura irreverente merece la pena ser plasmada en bocetos o al menos hacer un intento tímido de reflejar tal desenfado.
Canaima: Multicolor, multisápida, imponente, abrumadora, retadora y admirable. ¿Cómo no tratar de dibujar la majestuosidad de los tepuyes?
Caracas: Índigo como su Ávila al atardecer, preocupada, acontecida, luchadora, pero no por ello menos cultural y bohemia que cualquier capital. Por eso el Teatro Teresa Carreño ha sido el elegido para representar a mi ciudad en esta colección de bocetos.