Soy arquitecto de profesión, viajera por pasión y ahora vivo un reencuentro con la fotografía que inició en el año 2006, cuando participé en un recorrido fotográfico por las calles de Marruecos.
Trabajo con fotografía corporativa, industrial y de arquitectura, pero lo que más disfruto es el documentalismo, los retratos y paisajes. La fotografía es mi forma de vivir: me permite conectarme con una realidad que trasciende lo aparente.
Por eso, todos los días —desde hace cinco años— uso mi teléfono para retratar El Ávila desde el Parque del Este y compartirlo por Instagram. Cada una de mis fotos es un regalo para mis hijos, para que vean cómo amanece esa montaña cada mañana.