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En el año 2009 se me ocurrió crear un grupo en Facebook, Cielos Digitales, con la idea de recoger fotografías del cielo. Visto en perspectiva creo saber la razón: para sobrevivir en Caracas es fundamental observar el cielo.
No solo invité a todos los amigos y conocidos. Me dediqué a hacer una verdadera campaña de reclutamiento, tanto en Facebook como en otras redes sociales, tales como Flickr, Wikimedia, Expono y quizás otras que ya no recuerdo. La campaña consistía en invitar a personas que vivieran en sitios lejanos y cuyas fotos me gustaran. Muchos dijeron que sí y comenzaron a subir hermosas y exóticas fotos. Y si al principio todos éramos fotógrafos aficionados, con el tiempo, y dando muestra de una gran humildad, se sumaron muchos profesionales reconocidos.
La editora que hay en mí no dejaba el asunto al azar: busqué conceptos, propuse temas. Y, desde luego, terminé editando libros, libros digitales. El primer libro fue para mí el más difícil y también el más emocionante, pues quería encontrar fotos del cielo tomadas el mismo día pero en distintos lugares. Así que me di a la tarea de organizar la enorme cantidad de fotos por mes. Y así, poco a poco, fui descubriendo las coincidencias.
Luego fueron libros temáticos: cielos con flores, cielos con techos, cielos reflejados, cielos con edificios, cielos con cables y antenas, cielos con esculturas….
Al cabo de tres años y diecinueve libros pasé el testigo a Victoria Araujo, quien se ocupó de editar dos libros más. El grupo, con más de quinientos miembros, continúa su vida, a veces más activo, a veces menos, pero siempre estimulante. Siempre estaré agradecida a mis amigos celestes por tantos buenos ratos que compartimos.
Quienes deseen disfrutar de los libros, pueden verlos en ISSUU.
He aquí una muestra del libro Cielos y atardeceres.