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La llegada de la pandemia al país obligó al deteriorado sistema sanitario venezolano a enfocarse en la crisis generada por el coronavirus. Esto ha hecho que la salud mental haya quedado desatendida. Sin embargo, organizaciones como Rehabilitarte, han redoblado esfuerzos para resguardar el bienestar psicológico de las poblaciones vulnerables del estado Zulia, una de las regiones más golpeadas por la emergencia humanitaria que atraviesa la nación

Las páginas del libro pasan una tras otra en las manos de Gisela* mientras se escurren las horas del día. Leer la distrae, la ayuda a olvidar que por las calles de su tierra, la capital del estado Zulia, se multiplican cada día los contagios de un virus perjudicial para personas de su edad. Pero los mejores días para esta mujer de 62 años no son los de lectura, sino aquellos en los que recibe la visita de los voluntarios de Rehabilitarte, un grupo de profesionales de la salud mental que la acompañan en su rehabilitación.

Estos llegan cada semana con un arsenal de actividades lúdicas y artísticas que la ayudan a sobrellevar el confinamiento. La favorita de Gisela* es la pintura porque con cada pincelada de color su mente viaja, los pensamientos oscuros se alejan y las paredes de la sala para internos del Hospital Psiquiátrico de Maracaibo, su hogar desde hace cinco años, se desdibujan.

—Extraño un poco que nos saquen al patio, como hacían siempre, o que nos lleven al taller para hacer mi terapia. Pero estas actividades que me traen me hacen bien, me relajan —cuenta serenamente la mujer.

El grupo de psicólogos y psiquiatras que la acompaña en sus procesos nació en la sala de rehabilitación del mismo sanatorio en el que está internada. Su misión inicial fue humanizar las dinámicas de curación de los pacientes del hospital a través del arte-terapia, herramienta que se sirve de la creación artística para sobrellevar procesos traumáticos.

Pero el arribo del coronavirus y sus secuelas psicológicas sobre la colectividad los llevó a ampliar su radio de acción para atender las necesidades psicológicas de más personas.

Algunos expertos en la materia, como Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), afirma que la pandemia por COVID-19 ha provocado una crisis de salud mental en la región a una escala nunca antes vista.

—Se trata de una tormenta perfecta en todos los países, ya que vemos necesidades cada vez mayores y recursos cada vez menores para abordarlas —explica. Además, advierte sobre la urgente necesidad de invertir en la salud mental para responder a la pandemia.

Verónica Maríñez, psicóloga clínica, coincide con la recomendación de la OPS y señala que hay un alarmante repunte de la ansiedad y la depresión como respuestas anímicas más comunes de las personas en cuarentena. Pero dice que en los últimos meses muchos de estos síntomas se han agravado y han pasado a manifestarse como episodios más complejos, especialmente en países con más de cinco meses de cuarentena y un crecimiento exponencial de los contagios, como Venezuela.

—Los registros han arrojado que estamos en una fase en la que los ataques de pánico se están saliendo de control. Lo que antes era ansiedad y estrés por el coronavirus ha pasado a convertirse en episodios de miedo exacerbado, malestares gástricos y problemas graves de sueño —apunta la psicóloga.

Fue así como el grupo de voluntarios de Rehabilitarte se redistribuyó en varios grupos de acción para atender a la mayor cantidad de personas posible en distintas modalidades. Sus distintas terapias se adaptaron para poder ser aplicadas a través de la bocina de un teléfono, en un chat grupal de WhatsApp o a través de videoconferencias.

—Hemos debido intensificar nuestro trabajo en gran medida porque no se prioriza la salud mental y no hay nadie más que responda por las personas afectadas. Algunas de nuestras actividades se suspendieron en el hospital psiquiátrico de Maracaibo y desde entonces los pacientes han empezado a retroceder en sus procesos de rehabilitación. Hacemos hasta lo imposible para seguir atendiendo y sortear la escasez y las restricciones de acceso intermunicipal —cuenta Raúl Puche, coordinador general de Rehabilitarte. Desde que comenzó la pandemia, este programa psicológico ha beneficiado a 3.621 personas de todas las edades, de forma presencial y también remota. 56 de ellos eran niñas, niños y adolescentes que han retornado desde Colombia por la fronteras como consecuencia de la pandemia. Para la atención de ellos, y de la población general, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), apoyó la creación de un sistema de atención telefónica gratuita para atender a cualquier ciudadano afectado psicológicamente por los efectos de la cuarentena. —Para estos grupos, y el resto de los pacientes que aún podemos atender en el hospital, hacemos ejercicios de escritura, pintura, clases de danza, prácticas musicales, recitales de poesía. Las personas pueden ejercitar y reanimar todos los procesos cognitivos que se vieron deteriorados con los acontecimientos psicológicos. Esto gracias a la atención, la concentración, la memoria, el drenaje del estrés, el aislarse de la situación dramática que pueden estar atravesando —explica Raúl Puche.
Entre abril y junio de este año Rehabilitarte atendió, vía telefónica y a través de foro chats, a 882 pacientes. La mayoría presentó cuadros depresivos, episodios de ansiedad y, en algunos casos, deterioro en patologías preexistentes como consecuencia de la incertidumbre generada por la pandemia. Verónica Mariñez aplaude que hayan organizaciones dando respuesta a la crisis de la salud mental. Explica que en líneas generales la pandemia en Venezuela, y en todo el mundo, ha sido mal manejada desde el punto de vista psicológico y social. No se tienen suficientes herramientas, indica, para manejar la incertidumbre y el estrés, lo cual ha generado tomas de decisiones sin ponderar alternativas y de manera poco crítica. Ante este escenario recomienda hacer programas de resiliencia, como los de Rehabilitarte, para saber cómo superar los momentos difíciles. Entrenar a las personas en el desarrollo de herramientas de vida (life skills) y hacer sesiones de terapia individual o grupal para los grupos más afectados.

*Los nombres de las personas fueron cambiados para mantener en anonimato sus testimonios. Las fotos son cortesía de Rehabilitarte.

Atención en cuarentena

  •  368 pacientes fueron atendidos vía telefónica por los miembros de esta ONG entre abril y junio 2020. 68,84% de ellos estaban en Zulia. El resto correspondía a otros estados del país. 
  • 56 niñas, niños y adolescentes retornados por la pandemia fueron atendidos con arte-terapia en los campamentos de estadía provisional. 
  • Se otorgaron fármacos para 70 pacientes del Hospital Psiquiátrico de Maracaibo.
  • 514 padres, madres y cuidadores recibieron apoyo psicosocial a través de foro-chats. 
  • 2606 padres, madres y adultos mayores recibieron capacitaciones para la prevención y promoción de la salud mental. 

¿Dónde acudir?

En estos meses varias organizaciones están trabajando para dar atención psicológica a distancia y gratuita a venezolanos que se encuentren dentro del territorio nacional, e incluso en el exterior. Estas son algunas de ellas:

  • Federación de psicólogos de Venezuela: http://www.fpv.org.ve/
  • Grupo social Cesap: http://gruposocialcesap.org/
  • Psicólogos sin fronteras: http://psicologossinfronteras.net/webFundacion/
  • Pronoia: https://pronoia.otroenfoque.org/
  • Cecodap: https://cecodap.org/
  • Rehabilitarte: http://rehabilitarte.com.ve/

Este reportaje es un producto de la alianza #GenteHaciendo: solidaridad que se contagia. Un grupo de medios de comunicación y organizaciones de la sociedad civil conformado por @labociudadano, @historiasquelaten, @elbustv, @laguarura, @ecopoliticave, @ciudlab y @elpitazotv. 

Nuestro objetivo es mapear y visibilizar iniciativas que estén dando respuesta, con gestos solidarios e ingeniosos, a la crisis del país y a los desafíos adicionales que ha traído la pandemia.