Cuatro periodistas y un fotorreportero tuvieron la idea en 2017 de organizar una recolección de juguetes para los niños vulnerables de las comunidades que solían protagonizar las noticias que difundían a diario. Y aunque entonces no se plantearon repetir cada diciembre, la iniciativa Un juguete una buena noticia ya lleva ocho jornadas, se han unido más de 50 voluntarios, y han entregado regalos y alegrías a más de 2.300 niños y niñas en distintas comunidades de Venezuela. Una #HistoriaConstructiva llena de duendes en esta navidad que contamos en alianza con Noticias Sin Filtro.
Texto Liza López/Fotografías Daniel Hernández y Rayner Peña
—Construir comunidad.
Así responde Jimmy Pérez, líder comunitario de Petare y coordinador de Zona de Descarga a la pregunta cuál fue el mayor regalo que les dejó el grupo de la prensa que llegó junto a Santa en un jeep para repartir alegrías a más de 400 niños de varios barrios de Petare.
—Un representante nos dijo ese 15 de diciembre (de 2023) algo muy cierto: al dar alegría a un niño, estás dando también alegría a un papá, a una mamá.
Ese gesto se sintió como un regalo de una familia gigante. Se unieron a un grupo de periodistas y fotógrafos los conductores de los jeeps, los padres y representantes, las maestras, las parroquias y vicarías, las promotoras de salud, las madres educadoras. Todos en una jornada para llevar obsequios a los niños, no sólo de Petare, sino de otras zonas populares de Caracas.
Así lo han hecho cada diciembre desde el año 2017, cuando nació Un juguete una buena noticia, una idea a la que le dieron forma cinco amigos periodistas en ese entonces, como gesto de solidaridad y empatía con niños y familias en situación de mucha vulnerabilidad.
En Venezuela, más de 51% de los hogares vive en pobreza “multidimensional”, esto es: perciben bajos ingresos, padecen carencias en servicios básicos y alimentación, deterioro de la educación, según la Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI) de este año.
—Nosotros estábamos constantemente conociendo historias de personas en situación de vulnerabilidad y queríamos, además de contar lo que estábamos viendo, aportar desde nuestros espacios —recuerda Wanda López, una de las coordinadoras de la iniciativa.
Decidieron dar ese aporte a través de juguetes en navidad para promover la ilusión y magia propia de esta época decembrina.
—Para regalar alegría, regalar cosas buenas y significativas en momentos tan complejos como los que hemos vivido los venezolanos en los últimos años —cuenta Wanda mientras hace un balance desde aquella primera entrega hace siete años.
Comenzaron a buscar donaciones de juguetes entre 4 periodistas y 1 fotorreportero. Desde entonces han sumado más de 50 colaboradores de distintas profesiones y oficios además de comunicadores: sociólogos, abogados, psicólogos, politólogos, amas de casa, administradores.
En estos años han beneficiado a más de 2.300 niños de Caracas y de otras regiones de Venezuela (Vargas, Guárico, Bolívar), dice Wanda. Este diciembre esperan superar la meta recaudando más de 450 juguetes para llevar a los niños de Filas de Mariche y la Cota 905, en alianza con varias organizaciones sociales.
Cuando iniciaron, refiere Wanda, iban resolviendo todo sobre la marcha y no tenían previsto darle continuidad. Pero siguieron.
Ya van ocho jornadas en las que han sistematizado un método de trabajo para repartirse las actividades de manera ordenada. Cuando se acerca diciembre, organizan convocatorias para que las personas puedan donar juguetes nuevos o usados en buen estado en distintos espacios públicos.
Cada miembro del equipo sabe cuál tarea le toca para cumplir con la campaña para conseguir donativos, para la recaudación de juguetes, para forrar los regalos por tandas y grupos de edades, para clasificarlos antes de repartirlos en una gran fiesta donde participa la comunidad.
—Hay un grupo que se encarga de ponerle los nombres a cada uno de estos regalos. Porque para nosotros es súper importante que quien reciba este juguete sepa que fue pensado para ese niño o niña.
Como los duendes de las películas de Santa.
Pero no todo ha sido como en los cuentos infantiles. Las dificultades son muchas, entre ellas el no haber podido darle formalidad legal a la iniciativa. Además cada año, comenta Wanda, la meta sube una cuesta más arriba pues aumenta la cantidad de niños a beneficiar y son mayores las limitaciones de logística para llegar a comunidades remotas porque, hay que ser realistas, estos duendes no tienen trineo.
A pesar de esto, en cada jornada suman apoyo y salen fortalecidos.
—Nos ha hecho mejores personas, no sólo a quienes estamos dentro de la iniciativa, no solo a quienes la fundamos, sino también a cada uno de los voluntarios y a cada una de las personas que durante estos años se han volcado a sacar de su corazón todos aquellos sentimientos de solidaridad que hemos podido ver en cada una de las jornadas que hemos realizado.
En diciembre de 2022, los voluntarios de Un juguete una buena noticia llevaron regalos a más de 300 niños del sector Barrio Nuevo en El Cementerio, al oeste de Caracas. Esta experiencia marcó tanto a Ángelo Rangel, el líder comunitario que fue el enlace en la parroquia Santa Rosalía, que prometió sumarse a las próximas jornadas para replicar esta acción en otros lugares.
—La comunidad dijo: nos tomaron en cuenta, sí existimos. Fue gratificante que los periodistas nos hicieran partícipe de la jornada. No sólo recibimos, sino que fuimos parte de la iniciativa. Fue un amor que se reflejó en ese gesto de solidaridad. Sé que esto no cambia una realidad, pero sí transforma unos corazones que estaban en desespero por no tener qué darle a sus niños.