Seleccionar página

A los lugares predilectos no hay que volver

Siempre es mejor no regresar. Aquella playa, aquel amanecer tomando ron hasta morirnos, aquel muelle, aquella cueva, aquel barco y aquel mar, aquella trocha, aquel abismo con selva y el sudor, aquel valle dorado allá en Mendoza, aquella nieve pequeñita, aquellos...