Finalmente se le quita el velo a un tema que tiene casi tres décadas rondando en el subterráneo caraqueño. Aunque los funcionarios del Metro de Caracas prefieren ponerle otra etiqueta al término suicidio, en los registros de la empresa están marcadas las cifras de la cantidad de personas que se han lanzado a los rieles para quitarse la vida.
Si el número total resulta impactante, el dato que más eriza la piel es el siguiente: casi la mitad de las personas que se han arrojado a la vía férrea para suicidarse queda con vida. Entre 1983 y 2008, 43,5% de quienes buscaron morir arrollados en los rieles sobrevivieron por causas más vinculadas a la destreza de los operadores de los trenes, el azar y la intervención de leyes de la Física, que a la aplicación de políticas de prevención de suicidios. Esas políticas no existen, de acuerdo con lo comprobado en diversos testimonios de trabajadores de este sistema de transporte.
En veinticinco años de funcionamiento, hubo quinientos veintitrés arrollamientos, como oficialmente llaman en el sistema a los intentos de suicidio: quienes mueren, entran en las estadísticas en la categoría de “sin signos vitales” y quienes sobreviven, en la de “con signos vitales”. El cuadro “Distribución de Arrollamientos según Años”, del anuario estadístico 2008, publicado en junio de 2009 por la Gerencia Ejecutiva de Transporte del Metro de Caracas, indica que doscientos noventa y cinco personas (56,4%) lograron quitarse la vida y doscientos veintiocho (43,5%), no.
La elevada tasa de sobrevivencia no obedece a que exista un plan establecido de prevención del suicidio. Los operadores sólo reciben entrenamiento en módulos de adiestramiento que imparte el Servicio Psicosocial de la empresa. Allí aprenden qué hacer una vez que los suicidas se lanzan a los rieles, pero no los instruyen formalmente para evitar que los usuarios salten.
El tema del “arrollamiento” está explicado en la letra G del acrónimo M.U.R.C.I.E.L.A.G.O.S., una matriz en la que cada inicial corresponde a una actividad específica de acción de los operadores (revisión de las vías, “mal súbito” de pasajeros o conductores, evacuación, alarmas). La G viene de Gamma, que es como llaman al procedimiento que se activa cuando hay un “presunto suicida” en el andén. El Centro de Control de Operaciones (CCO) de cada estación informa entonces por los parlantes: “Personal operativo, actividad G en curso”.
Así está reglamentado en el Módulo de Conducción de Trenes en la Vía Principal. Pero en este manual no hay lineamientos para la prevención de suicidios. Los trabajadores, por iniciativa propia, han aprendido a detectar conductas suicidas con información que se transmite boca a boca a través de un entrenamiento empírico, confirmaron varios operadores en servicio, algunos con hasta dieciséis años de antigüedad, que pidieron no ser identificados por temor a sanciones de sus superiores.
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Los operadores del CCO tienen la tarea de mantenerse alertas ante los monitores y detectar aquella persona sospechosa: alguien que tenga actitudes tipificadas como de “posible suicida”, es decir, que manifieste conducta errática, que camine de forma acelerada de un punto a otro, que muestre signos de haber llorado, que mire mucho a las cámaras.
Si el operador (u operadora) ubica a alguien así en el andén, le solicita discretamente que abandone la estación. Y no ha pasado nada. Nadie se entera de nada. Llega el vagón, unos salen, otros entran, como si nada. Ésta, por supuesto, es la medida preventiva no formalizada por excelencia. Es el escenario ideal para evitar que aumente esa veintena de suicidios anuales que ocurren en el Metro de Caracas desde que comenzó a funcionar el dos de enero de 1983, según revelan los anuarios estadísticos de esta compañía.
Es el deber ser porque la verdad es que no hay suficiente personal para actuar cada vez que aparece en los monitores un “potencial suicida”.
Una operadora de este centro de control admite que no se dan abasto para actuar cada vez que se detecta, si es que lo ven, a alguien con signos de lanzarse hacia los rieles. No es para menos: tratan de vigilar por las cámaras a dos mil personas cada cierto tiempo por andén. “Es demasiada gente. Más de dos millones de personas viajan a diario en el Metro de Caracas, y mucha veces los suicidas pasan inadvertidos”.
Los números del departamento de Recursos Humanos dicen que siete mil doscientas treinta y dos personas trabajan en la Compañía Anónima Metro de Caracas, de las cuales tres mil ciento noventa y tres son operadores, mientras que ochenta y cuatro son personal de confianza (directivos y gerentes).
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Desde que la Compañía Anónima Metro de Caracas se inauguró en 1983, veintidós personas por año, en promedio, han saltado a las vías de su sistema, revelan las últimas cifras calculadas hasta diciembre de 2008 por la Dirección General de Estadística. Pero en 2009 hubo un repunte significativo: el número de arrollamientos se sextuplicó. El balance de 2008 cerró con trece arrollamientos y en 2009 con ochenta y nueve, de acuerdo con los registros del Servicio Psicosocial de la empresa, todavía no procesados en el anuario estadístico de este año que aún no se ha publicado. Aun con este crecimiento en la cantidad de personas que buscaron quitarse la vida en el Metro el año pasado, no hay señales de que las autoridades estén diseñando un proyecto de programa de prevención de suicidios.
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Varios factores han contribuido al alto índice de fracasos de los suicidios en el Metro de Caracas: la experticia del operador −estimulada por la visibilidad de la vía férrea desde la cabina−, la velocidad del tren, principios de la Física como la inercia y las “fuerzas de roce”, además del azar, que determina la posición del potencial suicida en el andén.
Todas estas variables intervinieron para que Federico (*) no muriera el día que se lanzó a los rieles de la estación Plaza Venezuela, el veinticuatro de septiembre de 1985, a las tres de la tarde. El Metro de Caracas apenas tenía dos años en funcionamiento.
Santiago (*) era el operador del tren 107. Desde su cabina, cuando el tren estaba a punto de entrar en la estación, divisó a un hombre blanco que caminaba al filo la raya amarilla, que se acercaba más y más al borde de la vía.
Federico, un economista de treinta años, estaba parado en la mitad del andén, esperando el tren que vendría en dirección a Chacaíto. Desde esa ubicación, la posibilidad de que la colisión tuviera un impacto mortal era menor, pues el tren ya había disminuido la velocidad. Según la experiencia de tres operadores en servicio, los suicidas que se sitúan en la boca de entrada del túnel al andén tienen mayor probabilidad de cumplir su objetivo, pues el tren viene llegando con mayor fuerza; esta velocidad varía entre los cincuenta y los sesenta kilómetros por hora en cada línea del Metro de Caracas.
El campo visual que tenía Santiago fue determinante para salvar la vida de Federico. Según dos operadores de trenes, con cinco y ocho años de servicio, si el túnel cercano al andén es una línea recta la visibilidad del conductor, con las luces encendidas, es de cincuenta a sesenta metros de ancho, como el gran angular de una cámara. Eso le da tiempo suficiente para activar el botón de emergencia, reducir al máximo su velocidad y minimizar el impacto del arrollamiento. En cambio si el tren pasa por un curva antes de llegar a la estación, ese campo visual se reduce a entre tres y diez metros, lo que complica la capacidad del operador de disminuir el impacto, pues la aplicación de la parada de emergencia podría ser tardía.
El túnel de la estación Plaza Venezuela es una línea recta, por lo cual Santiago pudo advertir a tiempo los movimientos de Federico. El operador del tren 107 accionó el botón de emergencia y fue aquí cuando intervino la Física: la ley 1 de Isaac Newton que es la inercia, y el principio de “las fuerzas de roce”. El tren redujo drásticamente su velocidad por el frenado automático, con lo cual se produjo una fuerza de roce o fricción entre las ruedas y los rieles, ambos de metal, lo que llevó al tren a un estado de inercia o de “velocidad cero”. Así lo explican los profesores de Física del Instituto Pedagógico de Caracas, María Eugenia Benítez y Leonel Cantillo.
Esto generó una corriente de aire que arrastró a Federico hasta un nicho de cuarenta centímetros en los rieles, frente al andén (justo debajo de las losas donde suelen desplegar anuncios publicitarios en las estaciones, donde puede verse también el nombre de la terminal). Allí cabe una persona con facilidad. El tren le pasó por encima y rozó sus dedos.
Entretanto, Santiago siguió con el protocolo estándar, el mismo que se aplica en la actualidad: solicitó el corte de corriente del andén (pues uno de los dos rieles está electrificado con setecientos cincuenta voltios) de la estación Plaza Venezuela e informó al Centro de Control de Operaciones de un “clave 1”, el código cifrado para los arrollamientos. “No sentí un impacto fuerte del usuario contra el tren. Hay que mantener la calma, esperé a que vinieran por mí”, reveló el operador del tren 107.
Su sorpresa fue que Federico se levantó, herido, ensangrentado, y salió de la vía por sus propios medios. El informe del evento, identificado con el número CC0N°02VEN140-85, revela que Federico sufrió una “amputación traumática de los dedos índice y medio a nivel de la falange de la mano derecha, excoriaciones y heridas en la región ciliar derecha, pómulo derecho y traumatismo en el tórax”. Los operadores confirman que muchas de las personas que siguen “con signos vitales” en las estadísticas de arrollamientos, quedan mutiladas. Pero no hay un registro de cuántas son.
Ana Isabel Ruiz, psicóloga clínica, única suicidióloga del país y directora de la Red Venezolana de Ayuda al Suicida, dice que el hecho de que el Metro de Caracas guarde el tema como un tabú lleva a ignorar que unas de las principales consecuencias de los intentos de suicidio son las mutilaciones.
“Esta gente piensa en la muerte como la solución a sus problemas, y quizás sus intentos de fallecer son el inicio de inconvenientes muchos más graves y complejos. La parte psicológica y emocional la complicas con una condición limitante física, como no poder caminar, andar sin un brazo; eso es peor para el suicida, debido a que se va a deprimir mucho más y buscará más vías para morir. El Metro debe dejar el tabú y llamar las cosas por su nombre. Suicidio es el término sociológico y clínico correcto, no arrollamiento. Tenemos que desmitificar el suicidio, informar a la gente de lo que sucede. Eso es evitar una ola de suicidios”.
Federico, con su flux marrón rasgado, rebanados los dedos índice y medio de la mano derecha, cuero cabelludo lacerado, rostro con “una marcada palidez”, gesto confundido –como indica el informe médico y como lo recuerda Santiago, el operador del tren 107– logró salir del nicho y se subió hasta la isla de concreto. El CCO de la estación indicó por los parlantes: “Inicio de comunicaciones, arrollamiento en la estación de línea 1, estación Plaza Venezuela”, tal como lo hacen en la actualidad.
El supervisor en CCO pidió al responsable del sistema aplicar un corte general de energía e inmediatamente evacuaron a los usuarios de la terminal. Un operador en servicio de Protección al Usuario retuvo a un testigo del hecho, de nombre Arturo (*), un médico que trabajaba en el hospital Ricardo Baquero González, Periférico de Catia. Posteriormente otros dos operadores de Protección al Usuario bajaron a la vía, colocaron barreras de protección al sitio del suceso y efectuaron la inspección ocular.
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La estación Plaza Venezuela, una de las más concurridas del sistema, es el cuarto terminal favorito para las personas que buscan la muerte en los rieles: allí ya se han lanzado veinte nueve personas aparte de Federico, entre 1984 y 2005. Las otras tres estaciones predilectas son Capitolio con cuarenta y cuatro casos, seguido de La Hoyada con treinta y ocho y Plaza Sucre con treinta y seis, destaca un boletín de la Coordinación de Seguridad Técnico Operativa del Metro de Caracas que procesó estos números entre 1984 y abril de 2005.
Las horas a las que más se lanzan los suicidas en el subterráneo de Caracas son entre las nueve y las once y treinta de la mañana y pasadas las siete de la noche. Alguien que salta tan temprano significa que pasó la noche mal, y si se lanzó en la noche es porque pasó todo el día con un peso muy grande y decidió no aguantar ni un minuto más, interpreta la psicóloga Ruiz esta tendencia.
Personas como Federico tienden a elegir la línea 1 del Metro de Caracas por ser la más antigua, por tener el mayor número de terminales, por estar cerca de centros de trabajos y por ser la que atraviesa la capital de este a oeste, señala Ruíz. El anuario estadístico elaborado por la Dirección General de Estadística del Metro precisa que, entre 1983 y 2008, en la línea 1 hubo cuatrocientos trece eventos, en los cuales doscientos cuarenta personas murieron (58,1%) y ciento setenta y tres (41,8%) sobrevivieron; en la línea 2 hubo ochenta y tres: treinta y ocho (45,7%) quedaron con vida y cuarenta y cinco (54,2%) fallecieron; y en la Línea 3 (Plaza Venezuela- La Rinconada), de más reciente funcionamiento, veintisiete personas saltaron a las vías: diez murieron (37%) y diecisiete sobrevivieron (62,9%).
La línea 3 −inaugurada en 1994, expandida desde El Valle hasta La Rinconada en 2006− tiene el índice de fracasos de intentos de suicidio más elevado de todo el sistema (62,9%), a pesar de tener las mismas características de las otras líneas: trenes de entre seis y siete vagones, velocidad de entrada entre cincuenta y sesenta kilómetros por hora, un riel electrificado con setecientos cincuenta voltios y una velocidad máxima permitida en los túneles de ochenta kilómetros por hora, precisa Roberto Trutschel, comisario retirado de la Disip y primer Gerente de Protección al usuario de El Metro de Caracas.
Federico, una de las únicas dos personas que quedaron con vida de entre las cinco que saltaron a las vías en 1985, entra en las tendencias mayoritarias de las estadísticas antes presentadas: el grueso de la gente que se lanzó a los rieles entre 1984 y 2005 tenían entre quince y cincuenta y cuatro años de edad (trescientos cincuenta y nueve de cuatrocientos sesenta y cinco personas). 60,4% de los casos fueron hombres.
La suicidióloga Ana Isabel Ruiz explica que las mujeres utilizan poco el Metro para suicidarse, porque prefieren métodos menos agresivos, que afecten poco su estética y las haga sufrir menos. “Intentan métodos con los que esperan van a quedar intactas, con los que no van a sufrir de alguna deformación. Siempre piensan en la idea fantasiosa de cómo se verán en el velorio, en la urna. En cambio los hombres usan métodos más fuertes y peligrosos, más asociados a la cultura machista”.
El informe de la inspección ocular sobre Federico, proveniente de la Gerencia de Operaciones e identificado con el número VEN140-85, detalla que el suicida era un trabajador de la empresa petrolera y que en la escena encontraron partes de dedos desprendidos, un carnet, restos de sangre, un zapato negro roto y unos cigarrillos tirados. Todas estas evidencias fueron fotografiadas y recogidas con guantes por los operadores de Protección al Usuario, quienes hicieron una planimetría, revisaron que no hubiera obstáculos debajo del tren, limpiaron con extintores el lugar, confirmaron a CCO que la “vía quedó liberada” y quitaron las barreras de protección. CCO normalizó el sistema y devolvió la electricidad al tramo afectado. Luego el supervisor de línea condujo el tren 107 en dirección a Chacaíto, y a las tres y cuarenta y uno de la tarde restablecieron el servicio. Los bomberos trasladaron a Federico en una ambulancia al Hospital Clínico Universitario. Una vez que el Metro de Caracas entrega el cuidado del sobreviviente a los paramédicos, deja de hacer seguimiento de su evolución.
Su esposa recuerda que fue a recogerlo al hospital. “Federico era un hombre deprimido”, dijo parca, vía telefónica, y prefirió no hablar más. En el Registro Electoral venezolano Federico aparece como fallecido.
La idea de este procedimiento, explica Roberto Trutschel, es que todo se haga en el menor tiempo posible a fin de que la estación vuelva a la operatividad y no colapse el sistema. Es el mismo que el Metro de Caracas ha aplicado durante sus veintisiete años de existencia, confirman dos operadores de Protección al Usuario.
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Los operadores que han sido protagonistas de arrollamientos –que han ido conduciendo el tren cuando una persona se lanza a la vía férrea delante de él—reciben tratamiento psicológico después del incidente y tres días de permiso. Durante la terapia, los psicólogos que los atienden en el Centro Médico Ché Guevara (establecido desde 2010 para los empleados del Metro de Caracas en el centro de la ciudad, junto a la estación Teatros; antes los trabajadores eran atendidos en el Complejo Caño Amarillo) tratan de convencerlos de que no fueron culpables. Si el operador tarda mucho en recuperarse del trauma, el permiso puede prolongarse hasta por quince días o hasta puede ser suspendido.
“Siempre activamos la parada de emergencia, a veces salvamos una vida, muchas veces mueren descuartizados”, comenta un operador que ha sido protagonista de dos arrollamientos. Otro operador de tren que vivió uno de estos incidentes dice: “el Metro de Caracas no está hecho para matar a las personas. Ver morir a un ser humano es duro y a veces es difícil de soportar. Uno queda en shock. Pero también se siente alivio cuando gracias a nuestro esfuerzo la persona sobrevive al impacto”.
“Los arrollamientos forman parte de la vida de los funcionarios del Metro”, remata Santiago, el operador del tren 107.
Alejandro (*) conducía el tren 108, dos meses antes del episodio de Federico, el diecisiete de julio de 1985 a las cuatro y cuarenta y cinco de la tarde. Eloísa (*), una joven de diecisiete años embarazada de siete meses tras un amorío con su profesor de Educación Física que terminó en ruptura, se lanzó desde la boca del túnel que llega al andén, justo cuando el tren entraba a la estación Bellas Artes.
No hubo tiempo para que Alejandro reaccionara con la anticipación suficiente. Había notado los actos inseguros de la joven un poco tarde, pues el túnel que va a dar a esa estación tiene una curva y eso dificultó su visibilidad. Apenas la vio, Alejandro activó la parada de emergencia, el tren comenzó a reducir la velocidad, ella saltó y chocó contra la “careta” del tren, como llaman al vidrio frontal, se deslizó hacia las vías y las ruedas metálicas la engancharon. Eloísa sí murió.
Eloísa, tez blanca y cabello negro, estudiante de enfermería del segundo año, se perdió en el sistema: CCO no se percató de su jugada. El CCO pudo haber tenido más oportunidad de detectarla que hoy en día, porque en 1985 aproximadamente ciento cuarenta mil personas usaban la línea 1 a diario, la única que existía entonces. Apenas siete por ciento de la cantidad actual de usuarios.
Una de las últimas personas en ver a Eloísa fue Valentina (*), quien estaba también en el andén durante el episodio. Valentina contó que Eloísa “se acercó demasiado a la vía”, consta en el expediente número BAR -62-85. “Su rostro estaba muy enrojecido y tenía signos de haber llorado mucho”.
El expediente, que se elaboró tras realizar el protocolo de rigor, dice que Eloísa presentó mutilaciones, desprendimiento de vísceras y múltiples fracturas. Dos operadores en servicio de Protección al Usuario recolectaron sus restos con guantes especiales y los introdujeron en una bolsa diseñada para este fin. Luego los llevaron a un cuarto de la terminal, hay uno de este tipo en cada estación, mientras esperaban por Medicatura Forense para que los recogiera, junto con los reportes del caso.
A los restos que quedan en los rieles tras estos incidentes los trabajadores los llaman, con mucha naturalidad, “tegumento”. La definición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española dice que el tegumento es el “órgano que sirve de protección externa al cuerpo del hombre y de los animales, con varias capas y anejos como glándulas, escamas, pelo y plumas”.
Luego vino el resto del procedimiento y la estación restableció el servicio.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha registrado que unas tres mil personas se suicidan diariamente en todo el planeta, y que por cada suicidio hubo antes veinte ciudadanos que lo intentaron. Estima que cada tres segundos se produce un intento suicida en alguna parte del mundo, y cada cuarenta segundos muere una persona por esta razón. El suicidio es una las tres primeras causas mundiales de muerte en personas de quince a cuarenta y cuatro años. Las proyecciones de la OMS para 2020 dicen que alcanzarán los 1.5 millones de fallecimientos anuales.
Las razones por las que más se suicida la gente en Venezuela son el desempleo, la pobreza, la pérdida de seres amados, la ruptura de relaciones y problemas legales o laborales, según la psicóloga Ana Isabel Ruiz. El suicidio comparte con los homicidios la tercera causa de muerte en este país, de acuerdo al Anuario de Mortalidad 2006 del Ministerio de Salud, publicado en septiembre de 2007.
Hasta 2006, había más bien una tendencia a la baja en los suicidios en Venezuela, según estadísticas del Ministerio de Salud. En 1998, 4,92 personas por cada cien mil habitantes se quitaban la vida en este país; en 2006, 3,80.
El repunte de arrollamientos en el Metro de Caracas en 2009, setenta y seis más que el año anterior, hace más urgente para la psicóloga que sus autoridades diseñen una política de prevención de suicidios y abandonen “la política del silencio” sobre este tema.
Uno de los psicólogos del Metro de Caracas, consultado para este trabajo, quien fue también operador de trenes durante dieciséis años hasta 2002, atribuye el aumento en las cifras al crecimiento de la cantidad de pasajeros en el sistema. “E inevitablemente también se relaciona con los cambios sociopolíticos del país”.
Por su parte, Pilar Sáiz, profesora titular del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo, España, señaló en una ponencia reciente (2009) que se pueden reducir los suicidios en sistemas de transporte público si las autoridades “incrementan la formación de los profesionales de la salud; si se restringe el acceso a los principales métodos suicidas; si se fomenta la concienciación sobre el problema a nivel comunitario y entre profesionales sanitarios, y si se facilitan las medidas de soporte adecuadas a aquellas personas que hayan realizado tentativas suicidas o que, de modo indirecto, se hayan visto afectadas por ellas.”
Ana Isabel Ruiz ofrece la Red Venezolana de Ayuda al Suicida para elaborar una campaña de prevención contra el suicidio en el Metro de Caracas que incluya técnicas de “primeros auxilios psicológicos”, además de promoción de su página web y de su línea telefónica (02127156931) de ayuda al potencial suicida en carteles pegados en todas las estaciones, información sobre el tema en trípticos que podrían repartirse también en las estaciones.
Roberto Trutschel dice que el Metro de Caracas también podría activar planes de prevención contra suicidios aplicados en otros países del mundo.
Según un reportaje publicado el veintidós de septiembre 2009 por Elías Notario, en el portal especializado en tecnología la Guía del Geek (http://alt1040.com/) la empresa japonesa East Japan Railway Company comenzó a instalar lámparas LED en estaciones del Metro de Japón. Estas lámparas emiten una luz azul que, según pruebas pilotos, tiene un efecto tranquilizador que puede calmar a los suicidas en potencia.
La agencia de noticias española EFE publicó el veintiséis de enero 2009 que Japón está financiando una campaña educativa de gran envergadura a favor de la vida, donde se muestran carteles, afiches en las carteleras y paredes de las estaciones. Además instalaron puertas corredizas en los andenes, que sólo se abren cuando llegan los trenes. Así mismo, el gobierno de Japón financia a grupos que organizan eventos para formar a voluntarios capaces de disuadir a los suicidas, con conferencias sobre relaciones personales y el trato que deben ofrecer a personas con graves problemas. Esos voluntarios reparten folletos en las estaciones en los que detallan cómo identificar y tratar a un suicida, con algunos consejos básicos: escuchar con tranquilidad, mantenerse sereno y buscar ayuda externa para disuadirle de sus intenciones.
El primer ex ministro japonés Hatoyama Yukio aplicó en 2009 otra medida que consiste en ofrecer ayuda profesional psicológica en las Oficinas Públicas de Empleo “Hello Work”, destinada a las personas que no logran encontrar un trabajo. Este plan estaría dando frutos, pues en los tres primeros meses de 2010 los suicidios cayeron nueve por ciento con relación al mismo periodo de 2009, cuando tres mil personas se suicidaban al mes, información emitida por la Policía de Japón, según una nota del sitio Noticias Nipon (http://noticiasnippon.com/) del veintisiete de enero de 2010.
Todas estas medidas se podrían aplicar en el país y evitar que más venezolanos mueran por este motivo. Para confirmar si la Compañía Anónima Metro de Caracas evalúa el repunte en la tasa de suicidios en sus estaciones a fin de diseñar algún proyecto de prevención, y para obtener la versión oficial de la institución sobre las cuestiones aquí planteadas, se envió una solicitud de entrevista con el presidente Víctor Matute y el gerente corporativo de Protección Integral, Oswaldo Colmenares. No ha habido respuesta hasta ahora.
(*)Federico, Santiago, Arturo, Eloísa, Alejandro y Valentina son nombres ficticios. Los hemos usado para proteger su verdadera identidad, a petición suya, en algunos casos, y de su entorno en otros. Los operadores tampoco han querido revelar sus nombres para este trabajo, para evitar sanciones de sus superiores.
Este reportaje fue producto del I Diplomado Avanzado de Periodismo de Investigación de la Universidad Metropolitana e IPYS Venezuela.
Excelente, por fin se rompe ese tabú.
El solo hecho de utilizar el metro, ya es «un suicidio» jajajaj! Muy buena la crónica, como todas las de Marcapasos!!
EL SOLO HECHO DE UTILIZAR EL METRO, YA ES UN «SUICIDIO» JAJAJA
MUY BUENA LA CRÓNICA; cOMO TODAS LAS DE MARTCAPASOS!
Lamentablemente prevalece la inmadura actitud de muchas instituciones públicas que parecen creer que si ignoran el problema o voltean hacia otro lado, éste desaparecerá.
El personal Metro no sólo no tiene adiestramiento para prevenir suicidios, tampoco tiene adiestramiento médico para atender emergencias, ni cuenta con personal auxiliar que lo brinde. Por ello, cuando una persona es sacada del sistema por una emergencia, el personal no tiene autorización para aplicar medicamentos por no tener el debido entrenamiento, y la ayuda externa demora mucho tiempo en llegar. Sería interesante conocer cuántas muertes se han producido por este segundo hecho.
Igualmente, ¿cuántos de estos «arrollamientos» pudieron haber sido accidentales? La situación a la que son sometidos los usuarios a diario en horas pico fácilmente puede ocasionar caídas accidentales en los rieles, pero el personal escasamente controla el flujo de pasajeros al andén y no aplica las mejores políticas para garantizar que se cumplan las normas como hacer la fila y no empujar.
Por último quedan las normas de seguridad industrial, ¿realmente se cumplen?, No hay aire acondicionado en estaciones y vagones, por lo que las emergencias implican cientos de desmayos y ataques varios. ¿Por qué se eligió colocar los vagones preferenciales en el primer y último vagón, los primeros que resultan dañados en una colisión? (tal como se demostró el año pasado) ¿Cuál es el plan de contingencia del Metro ante un sismo o derrumbe?
Valdría la pena saber si a los encargados de este sistema realmente les importa la vida y seguridad de los millones de usuarios que lo utilizan a diario.
Excelente el trabajo. Ojalá el Metro reflexione sobre este problema. Trataron el tema con seriedad, muy bien
Muy interesenta el trabajo, bien investigado. Lo que más me me gusta es que no es un cuento de fantasmas, ni macabro, ni mala película de terror. Ya de por sí el tema es rudo para que venga un periodista y lo adorne de màs. Es un reportaje inteligente, medido, se ve que el estilo de la escritora es una mezcla de niña- mujer, lo cual me parece muy bien. A veces algunos periodistas quieren aparentar, aquí no se ve eso. Felicitaciones a Marcapasos por darnos historias como estas
Los sucidas que fallan en su cometido rara vez lo vuelven a intentar, el miedo al dolor siempre es mayor que el miedo a la muerte.
Saludos.
esta muy bien pero me parece que dan datos que no deberian dar! :@
por ejemplo: «Según la experiencia de tres operadores en servicio, los suicidas que se sitúan en la boca de entrada del túnel al andén tienen mayor probabilidad de cumplir su objetivo, pues el tren viene llegando con mayor fuerza; esta velocidad varía entre los cincuenta y los sesenta kilómetros por hora en cada línea del Metro de Caracas.
El campo visual que tenía Santiago fue determinante para salvar la vida de Federico. Según dos operadores de trenes, con cinco y ocho años de servicio, si el túnel cercano al andén es una línea recta la visibilidad del conductor, con las luces encendidas, es de cincuenta a sesenta metros de ancho, como el gran angular de una cámara. Eso le da tiempo suficiente para activar el botón de emergencia, reducir al máximo su velocidad y minimizar el impacto del arrollamiento. En cambio si el tren pasa por un curva antes de llegar a la estación, ese campo visual se reduce a entre tres y diez metros, lo que complica la capacidad del operador de disminuir el impacto, pues la aplicación de la parada de emergencia podría ser tardía.»
No les parece que comentado ese tipo de cosas dan a conocer estrategias para que el suicidio sea efectivo??
Es muy lamentable que de un mediano funcionamiento del metro de Caracas que hasta funcionaban los aires de las instalaciones hayamos caído tan bajo en todos los sentidos en tan poco tiempo, y así como el metro muchas cosas más, ya el nivel hasta el momento es insufrible, sin «arrollamientos» el servicio es pésimo, no funcionan los aires en la instalaciones y casi nunca en los vagones, siempre hay retraso, es común un desalojo y ya es común lamentablemente un «arrollamiento», ojala este caos llegue al final.
El reportaje rompe el tabú (de una de la mejores empresas de transporte) sobre «Arrollamientos» y lo importante que es la prevención entre otros; pero es también un exportador de técnicas…
Así mismo, No está a cabalidad colocados los procedimientos aplicados en éstos casos, por eso es necesario que validen la información que allí se maneja antes de darla al público. En si, excelente articulo.
saben??? me hicieron acordar una cosa hace ya unos años…
iba para la estacion plaza sucre a llevar unas herramientas cuando vi que habia una persona en esa actitud erratica, iba para un lado y para el otro, me veia a mi me volvia a ver y se me acerca para intentar hablar conmigo, yo ya estaba con la actitud de que si hacia algo, le metia la dobladora de tubos por la cara…
al final empezo a hablar de muchas cosas inconexas, incluso decía que a veces la vida no valia la pena, les juro que en paralelo lo vi como si fuera a correr a lanzarse, de verdad no se lo que le dije, pero al final me dijo gracias y desaparecio por las escaleras hacia la mezzanina…
si fue extraño, aunque esa noche de trabajo fue poco menos que bizarra…
saludos me encanta su trabajo, espero visitarlas mas seguido…
Respuesta de la autora del trabajo para Jesús: El tabú no evita la muerte en los rieles del Metro de Caracas. Ocultar esta realidad no significa que desaparezca por arte de magia. Todos tenemos que reflexionar seriamente sobre el suicidio en los andenes: usuarios, expertos y autoridades. Agradecida infinitamente por tu opinión y por dedicar tu tiempo en la lectura de este trabajo.
Respuesta de la autora del trabajo para ThaitaCorooto: Hola! Muchas gracias por dedicar tu tiempo a leer este trabajo y por tu opinión. Seguiré aprendiendo, explorando y comprobando datos a fin de ofrecerte a ti y a los lectores más historias.
Respuesta de la autora del trabajo para Angie: Epale, me siento halagada de tener lectoras como tú. La interrogante sobre cuántos arrollamientos son accidentales me persiguió durante toda la investigación, la pregunté a todas las fuentes y comentaron que es casi nula esa tendencia en el sistema, que existe un registro aparte para estos casos, lo sigo buscando. De acuerdo a los operadores consultados la persona que salta es porque tiene la intención. Los expertos indican que este hecho se puede evitar si se instalan en los andenes puertas corredizas, que nada más se abren una vez que el tren llegó a la estación.
Sobre la actitud de los operadores sobre este tema, percibí que están super preocupados y algunos inclusive son héroes anónimos.
Por otra parte, como usuaria del Metro siento que el servicio debe mejorar drásticamente. Los pasajeros debemos exigir responsablemente un óptimo servicio pero también tenemos que cooperar.
Muy agradecida por tus comentarios y por el tiempo que dedicaste para leer este trabajo.
Respuesta de la autora del trabajo para Diana: Hola, que fino que te gustara esta pieza.Todo el tiempo traté de ser rigurosa y disciplinada para comprobar los datos. El éxito de esta historia no es mío solamente, mis editores, profesores y colegas me aconsejaron y ayudaron siempre. Gracias por leerlo.
Respuesta de la autora del trabajo para América: Hola! Te agradezco tus líneas. El tono de este trabajo es muy importante. La idea es que la población reflexione y recapacite sobre el suicidio en el Metro de Caracas, de que ya no existan más leyendas urbanas o medias verdades sobre este tema.
Si se puede hablar sobre dicho tópico sin ser amarillista. Ojalá la gerencia del Metro de Caracas se asesore con Revas o con otros Metros que existen en el mundo a fin de que articulen una política para reducir los «arrollamientos.»
Muchas gracias por leer este trabajo y por tus comentarios, me permitieron meditar.
Respuesta de la autora del trabajo para Gustavo Mcbo: Hola! Tus palabras me permitieron meditar mucho. Existe la Red Venezolana de Ayuda al Suicida, su teléfono es 0212 715 69 31 y el email es: revas2005@hotmail.com. Con ese contacto se puede conseguir a psicólogos y amigos que ayudarán confidencialmente a la persona a sobrellevar su dolor y que desista de sus ideas suicidas.
Muchas gracias por dedicarte a leer este trabajo y por tu reflexión.
Respuesta de la autora del trabajo para YOMC: Hola, este trabajo describió la realidad del suicidio y los procedimientos del Metro en una forma adecuada. Hubo datos que no se publicaron justamente para no convertir esta pieza en un decálogo para el suicida. Bajo ningún concepto los voy a exponer a la opinión pública por la seguridad de los usuarios, pero tampoco se puede mantener la oscuridad sobre un tema que afecta a millones de personas. Mi intención con este trabajo es exponer cifras, estadísticas, procedimientos, protagonistas, planes a fin de que la alta gerencia Metro de Caracas reflexione y apliqué políticas contra el suicidio en sus instalaciones. Muchas gracias por leer el texto.
Respuesta de la autora para JG: Hola! Toda la información aquí expuesta está confirmada por múltiples fuentes. Están colocados los procedimientos en líneas generales y resumidas a fin de no aburrir al lector. Este texto es un pequeño ejemplo de periodismo de investigación a la venezolana, por supuesto que nadie es perfecto, continúa el aprendizaje. El texto fue realizado por una reportera mortal que patea la calle. Recuerda que algunas fuentes de información son herméticas, sin embargo este argumento no puede ser una excusa para que el periodista no lo intente y persevere. Gracias por tomar tu tiempo en ¡leer esta pieza!
Respuesta de la autora del trabajo para Yessica: Hola, muchas gracias por leer el texto. De por si Caracas es una ciudad que se ama y odia al mismo tiempo, y como si no fuera suficiente los usuarios soportamos la crisis del servicio del Metro de Caracas. Ojalá alguna autoridad del Metro te escuche o lea este trabajo, a fin de que pueda reflexionar y aplique los correctivos necesarios en este noble transporte público.
Respuesta de la autora para The Goddamn Devil: Hola, que bueno que pudiste percatarte de esta situación y ayudar aunque sea con tu presencia a esa persona tan necesitada de una palabra de aliento. Muchas por leer este texto.
Muchas gracias por compartir este articulo.
De esta forma podemos estar mas atentos e identificar al suicida para ayudarlo a desistir de su intencion.
Respuesta de la autora para Dalia: gracias por tu interes de leer el trabajo. El Metro de Caracas cuenta con el personal calificado para dectetar a los presuntos suicidas. Dejemos a las personas calificadas hacer su trabajo.
Ojalá ninguna persona que esté pensando es suicidarse pueda leer esta nota porque más allá de informar están dando datos claves que a cualquiera que no quiera sobrevivir los use para cumplir su objetivo, como periodistas deben conocer los límites de la «información» que otorgan, recuerden los valores de un periodista más allá de cumplir su trabajo.
Respuesta de la autora para Katiuska: el trabajo expone tal realidad en múltiples aristas. El tabú no va recuperar las vidas perdidas y hay que presionar responsablemente para que los planes que evitan el arrollamiento se apliquen en el Metro de Caracas cuanto antes.
Este es un llamado de reflexión para que el Metro de Caracas y los actores se avoquen a resolver este problema que afecta al entorno íntimo de los cientos de arrollados, miles de trabajadores y a los millones de usuarios que emplean este transporte público a diario.
Otro elemento, un periodista es un servidor público. Guardé en mis archivos mucha información sobre cómo lanzarse al Metro pues mi objetivo no es hacer un decálogo de cómo morir en el Metro, sino de exponer adecuadamente este problema de salud pública.
Y recuerdo que el derecho a la información es sagrado. Todo tenemos derecho de acceder a la información y qué bueno que personas como tú y yo podamos intercambiar impresiones sobre este tema, estamos ejerciendo nuestra la libertad de expresión, estamos practicando la democracia.
Una vez un profe me enseñó que el derecho a la información es el «producto de la sociedad contemporánea, del ejercicio de la pluralidad y de la práctica de la diversidad y la tolerancia», con lo cual estoy de acuerdo. Gracias por leer el texto.
Excelente trabajo, bien estructurado y de una manera informativa a pesar de ser un tema tan fuerte, ojala se tomen medidas reales al respecto, la campaña podria ayudar mucho incluso a los transeuntes y dar apoyo al detectar estos casos, tan «particulares» a tiempo.
Me parece que debes investigar más a profundidad antes de hacer afirmaciones en tus artículos. Hay varias informaciones que no son correctas. Espero que mi comentario sea tomado como una crítica constructiva. Gracias.
Entiendo tu preocupación pero me parece que te estás quedando corta con tu investigación .Metro es una empresa de servicio de transporte y el incremento de los suicidios, si bien es una aspecto resaltante, va más allá de lo que representa para esta empresa. El incremento de los suicidios debe ser visto como un problema de Salud Pública, por tal razón las instancias responsables de investigar y trabajar sobre las mismas, no puede ser sólo el medio utilizado, habría que investigar principalmente las razones que están llevando a las personas a recurrir al suicidio como la única salida a sus problemas, sería algo así como culpar a la soga por la muerte del ahorcado.
Llegue aquí por intermedio de facebook y de verdad que quede impresionado por este excelente tema, enfocado unicamente a la problematica de los suicidios en el metro de Caracas y el cual no estoy de acuerdo con el planteamiento de Debora que se quedo corto en la investigación, es verdad que los suicidios se tienen que tomar desde su raíz, que lo origina, pero este tema esta enfocado, a que los suicidas utilizan el metro para quitarse la vida y esta empresa oculta esa verdad.
Esta investigación es excelente, pero ya en el metro no solo existen suicidios, ya se pueden empezar a hablar de homicidios, la semana pasada al parecer una joven se lanzó al metro, pero los sucesos no fueron que se lanzo, sino que intentaron robarla y al forcejear con los delicuentes, estos al aproximarse el tren la empujaron, el otro caso es cuando las personas esperan el tren (Plaza Vzla, Chacaito) y por la cantidad existente de personas en el anden, a veces empujan a las que están de primeros y caen a la vía.
Para terminar ojala nos traigas una segunda parte sobre este tema. Saludos
Respuesta de la autora para SVMC, Débora y Leonardo: ¡Muchas gracias por tomarse tu tiempo de leer la pieza periodística y opinar! Sus reflexiones me sirven para meditar. Este trabajo se enfocó exclusivamente en este problema del Metro de Caracas. Duré 7 meses investigando cada dato que se vincula con el caso, los cuales fueron verificados y confirmados por diversas fuentes.
Respuesta de la autora para Terp1920: Me encanta que las personas opinen sobre mi trabajo, pues me permiten crecer como periodista. Muchas gracias por leer el texto y cada dato aquí expuesto fue verificado con múltiples fuentes.
Excelente el reportaje sin duda, estuvo correctamente tratado en todos sus aspectos, y aprovecho para felicitarte por ello. Ojalá las autoridades del Metro, tuvieran menos hermetismo para con ello, y se lograra una mejor prevención en este aspecto.
Hola, mi pregunta se refiere a cuál es el organismo competente para iniciar las averiguaciones por estos «arrollamientos», porque siendo el CICPC el órgano principal, ¿cómo es que retiran rápidamente los cuerpos?, ¿eso es porque el personal del metro tiene competencia para realizar esos actos?
Qué culpa tienen los operadores. Tienen su función específica. Creo que es imposible que ellos puedan evitar que una persona pueda saltar ya que no tienen el control sobre estas y es una cantidad considerable de personas la que transita a diario por alli . Cómo saber cuáll no o cuál es un suicida. Y por favor, creo que este es un foro de un tema serio que interesa a todos porque todos tenemos familia y a diario tenemos problemas y no sabemos cuándo ni a quién le pega la loquera de tirarse por ahi. Si vamos a hacer criticas hagámoslaa pero de forma constructiva porque este es un tema que de una forma u otra nos afecta a todos los venezolanos. También el gobierno debería brindar respuestas serias contundentes y claras más con hechos que con palabras.
excelente trabajo…
Sería mejor un plan de estrategia para los suicidas…que son afectados por los problemas generales…….ayudarlos a que no lleven a cabo su objetivo…
saludos, me gusto el reportaje, soy un operador con ya 15 años de servicio en la empresa que por motivos de seguridad me mantendre en anonimato, de verdad es interesante tratar este tema, yo como operador ya de trenes comence como operador de estaciones el cargo de trenes es un poco mas relajado, no es nada facil trabajar con publico el horario aunque tenemos mas dias libres que otros trabajos es un poco extremo lo que requiere en muchos casos tener vehiculo propio de 5.30 am a 1.30 pm y de 2.00 pm a 10.00pm y el horario nocturno de 16:00 a 23:00 y de 21:30 a 5:30 o de 22:00 a 06:00, se usa la hora militar en metro, se trabajan hasta los feriados sea mañana tarde o noche segun la rotacion, el trabajo de un operador de proteccion no es nada facil, es mas muchos operadores le huyen a ese cargo, por el grado de responsabilidad que tienen,atender emergencias, mal súbitos, problemas con los equipos de la estacion, en si mantener la seguridad que hasta golpes han recibido por parte de usuarios «mala conductas» y de paso no debe ser nada facil recoger los restos descuartizados de una persona arrollada por un tren, no todo el mundo tiene las agallas y mente fría para hacerlo, yo fui uno que le huí, yo he sido uno que ha propuesto poner puertas corredizas en los andenes y asi evitar lo arrollamientos, pero a los trabajadores nunca le paran pelota por así decirlo, hoy en día prevalece es la política y el jalabolismo por encima del trabajo y la experiencia de muchos excelentes trabajadores, que quieren sacar adelante la empresa, uno prefiere mantenerse en las sombras haciendo su trabajo y cumpliendo los procedimientos únicamente y matando tigres por fuera para sacar adelante su familia que es lo más importante para el trabajador metro, los operadores de protección no son médicos ni enfermeros solo están capacitados para aplicar los primeros auxilios en caso de requerirlo y si han muerto muchas personas aparte de arrollamientos por paros respiratorios, infartos, etc , el turno nocturno de los operadores generalmente no se hace nada, pero se han escuchado muchos cuentos de operadores que han visto a personas penando que quedan en las estaciones producto del suicidio, realidad o fantasía se los dejo a sus espectativas yo jamás vi ni sentí nada ya no hago noches no me gustan pero se siguen escuchando los cuentos…
es imposible prevenir un arrollamiento mientras la empresa no aplique medidas de seguridad más extremas, pueden ver todo el día las cámaras incluso pueden estar los policías y los operadores en el andén todo el día, pero con la gran cantidad de usuarios que permanecen en los andenes es imposible prevenir un presunto suicida a menos que lo localicen entrando por los torniquetes en situación irregular o en un andén semi vacío, digo y repito que la mejor solución a esta problemática que afecta tanto a nosotros los usuarios por el retraso que genera como al personal de metro que tiene que aplicar el procedimiento un tanto macabro, es cerrar los andenes hagan como dice el operador pongan puertas corredizas que abren cuando se para el tren y abre sus puertas lo tienen otros metros del mundo ¿porque aquí no?, así se quitan varios anuncios de encima como raya amarilla, y el tan llamado clave uno que activa un procedimiento un tanto tedioso…
antes que nada un saludo muy cordial a los trabajadores del metro de caracas y a lectores de esta página creo que en esto no hay mucho que hacer un día pensé que en vez de una línea amarilla un infrarrojo que al hacer contacto la persona que quiera llevar a fin su vida automáticamente se corte la electricidad de los rieles y consiguiendo así frenar levemente el vagón sin más nada que aportar les deseo suerte
No creo que la mayoria se suicide; sino que el gentío lo empuja cuando viene el tren. La turba de gente puede empujar a cualquier persona y up, se suicidó
no pretendo darle poca inportancia en esto pero lo que le falto a la periodista es que en francia es lo mismo y el metro de nosotros es de fabricacion francesa o sea lo mismo esta pasando halla no le veo sentodo a este articulo creo que ella es una periodista mas de aqu de venezuela que todo le echa la culpa a la revolucio otra reportera mas que que se gana el titulo por cara bonita por que esta super palanqueda hija digna de la sociedad burguesa de este pais que culpa de todo lo malo que sucede en este pais a chavez que poco criterio tiene eta periodista que le regalaron el titulo me da pena los periodista de aqui son lo peor bueno de seguro buscara trabajo en globovicio ahora bolibariano jajajajajajaj
Excelente artículo, muy completo.. me imaginé que podría ser para una tesis o algo similar porque esta muy limpio, y esos detalles se van perdiendo con el tiempo.
que manera de suicidarse en el metro ! que horrible y a los que quedan vivos es peor ! el suicidarse queda uno penando en el mundo ,si te vas a suicidar ? inyectate cianuro y ya . . . un solo dolorrrrrrrrrr . . .
Hola, me gusto la reseña que hiciste es muy interesante. Mi mamá hace un par de años me conto que a algunas personas las lanzaban a proposito, que no se debía uno acercar mucho sin que llegara el tren por el peligro.
Resulta inaudito como se invierte tan poco en infraestructura tanto para ampliar la demanda como impedir los intentos de suicido y robo. El Metro debe usarse para su propósito original más no como medio de suicidio y entre más responsabilidades asuman los encargados de los espacios públicos más fracasaran las personas en su intento por suicidarse. En Francia el Metro posee vagones de dos pisos y eso permite aligerar el tránsito de personas en una país con alta densidad de población como ese, y en Italia el índice de imprudencia a llevado a colocar un muro transparente a lo largo del rayado permitido de distancia y con puertas capaces de alinearse con las del tren entrante, lo cual permite que la unidad frene correctamente cuando corresponda. ¿Qué tendrán nuestros diligentes que no les da la cabeza para eso?
Seria interesante saber como los autores de este artículo proponen que metro de Caracasn introduzca un programa para «prevenir el suicidio». Cuando formulen la solución podrían vendersela al resto de los sistemas de metro del mundo que por décadas no han logrado disminuir sus estadísticas. Felicitaciones por invitar a la reflexión sobre una problemática de sociedad. Podrían ser más generosos con el sistema de gestión de arrollamientos del metro de Caracas que a pesar de todo muestra intervenciones más rápidas y estructuradas que muchos sistemas de metro del «primer mundo».
Saludos.
Cabe mencionar que hay RAZONES psicológicas por las cuales el suicidio es un tema «TABÚ» para los medios de comunicación. Entre ellas, el efecto «contagio». Si estás interesado en lineamientos de la Organización Mundial de la Salud para cómo sugieren que los medios traten el tema del suicidio, te ofrezco este link: http://www.who.int/mental_health/media/media_spanish.pdf.
Una cosa que sugiere la OMS es que los artículos sobre este tema incluyan información sobre recursos para la asistencia a personas con pensamientos suicidas. Es interesante lo difícil que es conseguir información sobre dichos servicios en Venezuela.
hola mi nombre es leonardo andres leon petro a mi se me murio mi mama jakelin
Excelente crónica.
Hay países, qué han tomado en cuenta este problema, por ejemplo en Japón si mal no recuerdo, Hace muchos años colocaron espejos al otro lado del anden, según estudios realizados más tarde,s s esto hizo que disminuyera el número de suicidios. Dicen que es posible que al ver su imagen reflejada en un espejo los disuadió de arrojarse a los rieles del tren. Espero que mi comentario haya servido de algo. Gracias.
UN INSTANTE EN MI VIDA.
Una fresca mañana, me encontraba en compañía de mi hijo Marco en las instalaciones del METRO, esperando el tren para ir a Plaza Venezuela. El andén estaba solo. Una joven, recostada a la pared cubría su cara con las manos. Mi hijo me hizo una seña y yo volteé a verla: Inquieta caminó con ansiedad, estiró el cuello mirando hacía el túnel, volvió a recostarse en la pared, caminaba angustiada en espera del tren. La gente comenzó a llegar.
Inesperadamente de su garganta, salió un fuerte sollozo que rasgó el tétrico silencio. Me acerqué, la mire y vi su rostro crispado, sus ojos nublados, con la mirada pérdida. El zumbido del tren se escucho. Ella adelanto unos pasos. No se si fue intuición; Algo profundo me hizo captar su intención y tomándola de un brazo la detuve.
_¿ Qué piensas hacer, muchacha, estás loca?
Sus ojos en abundancia de lágrimas, me mostraron su conmovedor sufrimiento.
_ Estoy embarazada_ Me dijo hipando
_ Pero eso no es motivo, para hacer lo que pensabas hacer. ¿Verdad era eso lo que pensabas?
Con la cabeza me afirmó, mientras seguía llorando.
Largo rato estuve conversando con ella, diciéndole lo hermosa que es la vida, que siempre tiene algo bonito que mostrarnos, que un hijo es una bendición y que seguro esa criatura iba a ser su alegría y la de sus padres, a quienes temía decirles. Mi hijo, quién se mantuvo apartado me dijo que varios trenes pasaron mientras conversaba con ella.
Ya calmada, subimos juntas al tren. Me dijo que iba a Palo Verde. Yo me bajé en Plaza Venezuela, me detuve y a través del cristal vi su rostro con una tímida sonrisa y su mano diciéndome adiós.
Subiendo las escaleras, mi hijo me dijo; » Mamá, le salvaste la vida a esa muchacha» , yo me seque una lágrima, mientras le pedí a Dios muchas bendiciones para ella. Entonces sonrreí con la íntima satisfacción de haber evitado una tragedia. «CREÓ QUE FUI UN ÁNGEL EN SU VIDA»
Yo creo que si han logrado prevenir que personas se lanzen a las vías, y que si no fuera por eso las cifras serían mucho más altas. Además me parece que si no fueran suicidios sino que los lanzara la gente ya nos hubiésemos enterado pues precisamente con andenes tan abarrotados me parece increíble que nadie note si alguien se lanza o si los lanzan… Parece más un artículo de opinión que realizado con investigación exhaustiva
Yo creo que si han logrado prevenir que personas se lanzen a las vías, y que si no fuera por eso las cifras serían mucho más altas. Además me parece que si no fueran suicidios sino que los lanzara la gente ya nos hubiésemos enterado pues precisamente con andenes tan abarrotados me parece increíble que nadie note si alguien se lanza o si los lanzan… Parece más un artículo de opinión que realizado con investigación exhaustiva
Saludos: excelente artículo. Estoy interesada en saber a qué actividad corresponde cada letra del Código MURCIELAGO. Muchos eventos son desconocidos por los usuarios y han de ser importantes. Gracias.