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Este diseñador y artista gráfico va mucho más allá de dibujar y colorear edificaciones y calles. El propósito de este pastoreño de corazón es transmitir emociones, provocar reflexiones y despertar la curiosidad de las personas a partir de su habilidad técnica. Para él, ilustrar La Pastora es reencontrarse con los recuerdos de su infancia y su cotidianidad

Por Martha Eloína Hernández/ Ilustraciones Manuel Lara @greetingsccs

El cuento infantil El robo de las aes, de Gonzalo Canal Ramírez, despertó su curiosidad por la creación de los libros y el poder comunicacional de las ilustraciones. Tenía 11 años, cursaba una materia llamada Biblioteca en el colegio San Judas Tadeo de La Pastora. 

La historia del niño que roba las aes de la imprenta del periódico para que no escribieran “más cosas feas de su papá”, lo llevó a encontrar el don que más tarde se convertiría en su propósito de vida con @greetingsccs. Él es Manuel Lara, diseñador y artista gráfico, enamorado de la identidad visual de Caracas y, sobre todo, de La Pastora. 

—He ilustrado edificaciones del este, del centro de Caracas, pero estar en #RostrosdeLaPastora es sentir y mostrar el lugar de dónde vengo. Cada uno de los lugares que estoy ilustrando tiene algo de mí, y ese algo de mí también es de las personas que habitan la parroquia y la ciudad. 

Para Manuel, pastoreño de corazón, lo gratificante de ilustrar este proyecto es reencontrarse con sus recuerdos y cotidianidad de infancia, para verlos con esa mirada de marciano que permite descubrir lo minucioso, detallando cada forma en los ventanales y el color que se refleja en las fachadas, en las molduras de cornisas, en las calles y en las esquinas que definen la identidad y la idiosincrasia de los pastoreños.  

Las edificaciones y los lugares seleccionados para ilustrar La Pastora son emblemáticos y de referencia para los locales. Entre ellos figuran: la iglesia La Divina Pastora, el museo Arturo Michelena, el monumento a José Félix Ribas, el museo José Gregorio Hernández, la Sanidad en Dos Pilitas, la Congregación de las Hermanas de Santa Ana, entre otros.

En el 2015 comenzó a hacer las ilustraciones porque se percató de que no había un archivo reciente y contemporáneo sobre las edificaciones de Caracas. El año anterior había estado en España, en donde hay mucha cultura y orgullo sobre el tema de la ciudad. Su motivación es dejar testimonio del legado citadino, a través de una narrativa visual que cuente la historia colectiva caraqueña, transmita un mensaje con sentido de pertenencia y registre la ciudad más allá de lo individual.

—Los españoles tienen en sus casas réplicas de la Puerta de Alcalá y de la plaza de Cibeles, entre otros. Y aunque en Caracas hay muchas personas que se sienten orgullosas de ser caraqueñas, no les prestan tanta atención al tema de la identidad e infraestructura.

La primera ilustración de Manuel fue el Pasaje Zingg, ubicado en la avenida Universidad, un centro comercial que en la década de 1950 se convirtió en un lugar lujoso e icónico de la ciudad. Él nunca se imaginó que ese día, en el que iba tarde para el trabajo y en el que revivió los recuerdos de cuando iba con su mamá a reparar la licuadora en el Pasaje Zingg sería su inspiración para crear @greetingsccs, un proyecto gráfico y visual en donde reconoce, reinterpreta y reimprime a Caracas.

—Me quedé reviviendo mi adolescencia en el centro comercial. Lo recorrí, lo vi en detalle, le tomé fotos y me di cuenta de lo destruida que estaba la infraestructura. Llegué a la oficina y me regañaron por llegar tarde, pero me senté a dibujar el edificio. Lo dibujé y le agregué todo lo que había visto. No me gustó y me dije “no quiero ilustrar mi ciudad así”, busqué referencias en Internet y vi lo que fue, y así comencé. Mi propósito es dejar un legado para saber de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos.

El proceso de creación de cada ilustración comienza con la observación enfocada más en los procesos, que en el tiempo secuencial. De vez en cuando, Manuel mide con el celular o con ayudas visuales, siempre habla con las personas, tantea el terreno, pregunta, indaga, saca su libreta, dibuja “hace un sketch”, complementa con la fotografía y luego se va a lo digital para escanear, vectorizar, ilustrar y hacer lo mejor posible en trazos.

—Mis ilustraciones no son ilustraciones arquitectónicas, son síntesis gráficas de los edificios. Por eso, me tomo ciertas libertades artísticas de tamaño, colores, proporciones. A la par, complemento la investigación de calle con los periódicos de la época que busco en la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional para ampliar la información y lograr que la ilustración sea más completa. Me tardo más investigando que haciendo la gráfica, pero las dos tienen un valor importante. 

Esa es su manera de combinar su habilidad técnica, su creatividad, su amor y pasión por Caracas. Desde entonces, busca los edificios, las casas y otras infraestructuras con el propósito de cambiar su mirada y mostrar su esencia, su identidad. Su intención es transmitir emociones, provocar reflexiones y despertar la curiosidad de las personas.

Le gusta caminar por la ciudad para observarla, disfrutarla y soñarla: bonita, limpia, querida y cuidada. A partir de un recorrido turístico que hizo con @sampablearte, una comunidad liderada por Nelson De Freitas que apuesta a la filosofía de la bicicleta como la solución para Caracas, convirtió una frase que sacó de un bowl en su mantra personal.

—Yo no tenía bicicleta e hice el recorrido a pie. Ese día saqué de un bowl esta frase que me pareció bonita e interesante para hacerla con @greetingsccs: “Lo que no se conoce, no se cuida y lo que no se cuida, no se quiere”.

Está convencido de que su aporte va mucho más allá del trazado de líneas. Con sus ilustraciones quiere trascender las barreras de la desidia, la indiferencia y el olvido. Anhela que sus dibujos conecten con muchas personas para cautivarlas con la magia de las imágenes y provocar, en ellas, una conexión emocional con su identidad. 

—Mi meta es que se enamoren de La Pastora porque tiene muchísimo potencial turístico, histórico y patrimonial. Ilustro por pasión y porque me gusta, yo no ilustro por la plata. Es mi idiosincrasia, lo que soy y el reflejo de lo que quiero: una ciudad limpia y hermosa.