Este es un relato coral sobre las actas como símbolo de la verdad que ha entrelazado a millones de venezolanos en diversas manifestaciones pacíficas, dentro y fuera del país. Las actas resguardadas por cada elector, como testimonio para la memoria de un momento que nos paraliza, nos levanta a ratos, nos atemoriza, nos tumba y nos vuelve a levantar.
Conversamos con varios pensadores, creadores y activistas sobre lo que representa esta evidencia impresa que demuestra los resultados de la votación del 28 de julio en Venezuela. De allí surgió este texto que revela de qué está hecho este tejido franco, amoroso, sensible, universal.
Lo presentamos sin filtro, entre comillas y en anonimato. Son varias voces de aquí y allá que parecen hablar al unísono sobre la verdad compartida.
Las actas
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Las actas son un símbolo de la verdad.
Estamos ante una fábula de la verdad demasiado potente.
La verdad vinculada a la libertad.
Si podemos congregarnos en torno a una verdad e ir más allá de nuestras diferencias, en función de lo que sentimos en torno a una verdad compartida, allí se crea un punto de articulación muy grande.
Todos los venezolanos que hemos vivido estas crisis –es tanto lo que hemos vivido– tenemos una verdad que no sabemos cómo decir y compartir.
Las actas, esos códigos QR, representan esa verdad compartida.
Padecemos sufrimientos diferentes frente a esta crisis tan honda, pero ahora compartimos una misma certeza.
Las actas representan esa verdad de lo vivido.
El vacío de la verdad del otro lado.
Encontramos algo que nos une como algo inefable.
No sólo es la verdad de los votos sino la verdad de lo vivido todos estos años.
Muchísimos venezolanos en el exterior no pudieron votar. Muchos son interpelados por otras sociedades, por enfoques ideológicos, por distintas maneras de entender al mundo.
Ellos también encuentran apoyo en las actas como elemento simbólico para ejercer su dignidad.
Las actas elevan la moral de los venezolanos en el exterior.
Hay un reconocimiento de quienes están en la diáspora y de quienes están adentro y lograron votar por millones que no pudieron.
Unos libramos por otros, dentro y fuera.
Somos un mismo país unido por las actas.
Que nadie sostenga esta verdad a solas.
No son sólo un pedazo de papel con datos.
También son las actas de los que ya no están por defender esta verdad
Son su memoria.
Nunca antes el voto, un asunto tan individual se había convertido en tan claro tejido colectivo. Es una decisión que tomamos y mantenemos viva gracias a la presencia de las actas como demostración de un logro colectivo.
Tener en nuestras manos la evidencia de este fenómeno masivo es un salto cualitativo en el ejercicio ciudadano para reconstruir nuestro sistema democrático.
Es el amor, el amparo, la solidaridad.
Ese es el puente para sostener la verdad sin que nos rompa por completo.
Es ayudarnos unos a otros a sostener esa verdad.
En el peor escenario posible, si sostener esta verdad nos integra y es una verdad inexorable, porque tiene que ver con la verdad de lo vivido durante años, décadas, ya habremos ganado todos como sociedad.
De esto depende el futuro de nuestra nación.
El futuro de todos.
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El asombro de crear
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La creatividad implica escuchar atentamente.
El proceso de creación ayuda a acompasar, a modular la sensibilidad.
Las circunstancias de terror, de miedo y de adversidad muy grandes atacan nuestra sensibilidad.
Crear con otros ayuda a modular las emociones, a gestionar el miedo que está allí de manera inevitable.
Al crear con otros, esa gestión del miedo se ve favorecida. Y eso permite atrevernos a ejercer nuestro deber ciudadano.
La creatividad, cuando se manifiesta en el espacio público, cuando actúa en el espacio cívico ayuda a mirar las cosas desde ángulos distintos.
Permite sostener dolores muy profundos, a manifestarlos sin que nos desanimen ni nos destruyan.
Nos ayuda a mirarnos de modo distintos, a evitar ser divididos por la violencia o el oprobio, y más bien nos lleva a integrarnos en el descubrimiento de lo importante.
A sostenernos.
La creatividad ayuda al asombro.
Nos asombra nuestra capacidad de responder, nuestra capacidad de persistir.
Nuestra capacidad de cuidarnos unos a otros en medio de circunstancia tan complejas.
La creatividad contribuye a manifestar ese asombro y ese asombro eleva.
Ese asombro nos levanta.
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Con la verdad y sin violencia
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Cuando me manifiesto de manera no violenta es para impedir que se violenten mis derechos. Lo hago para no acrecentar el ciclo de la violencia.
Son vitales la solidaridad y el amparo: la acción colectiva en torno a una acción creativa y no violenta construye y fortalece el tejido.
Apelar a otros lenguajes, hablar en otros códigos mucho más simbólicos.
Cuidarse, acompañarse, para transformar el horror y el miedo.
¿Dices que el cielo no es azul?
Pues te voy a mostrar todos los días, de las formas más creativas e impactantes, el azul del cielo.
El que no te responde…ya te respondió.
Introspección…!