por Leonardo Sierra Rodriguez | May 26, 2011 | Crónicas
Él baila, no presta atención, siente y se deja llevar. No es un jovencito con zapatos de skate y cosas que aparentar. Él baila, no para de bailar. Su danza solitaria sólo rinde tributo a la música y a la cerveza que se desliza fría por su garganta y cuya marca...