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Mujeres que rompen la regla: soluciones a la pobreza menstrual

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La pobreza menstrual en Venezuela es masiva: 9 de cada 10 mujeres no tienen dinero para comprar toallas o tampones ni acceso al agua para cuidar su higiene. Tampoco las ampara una política pública que incluya el periodo femenino como una prioridad. Pero en este país siempre surgen acciones disruptivas para superar los dramas cotidianos, al menos en una fracción de la estadística. 

De eso trata este especial multimedia y multisensorial. 

Les presentamos cómo tres iniciativas han logrado minimizar la crisis asociada a la menstruación y han transformado, para bien, la vida de cientos de venezolanas.  

Hablemos de pobreza menstrual

—Cuando no tenía ni para comprar una toalla sanitaria pasaba hasta 40 minutos sentada en la poceta esperando que llegara el bajón. Y yo me sentía la mujer más miserable del mundo allí sentada.

Ese es el recuerdo más triste de Eilyn en torno a su menstruación. El más triste en un rosario de anécdotas desdichadas que empiezan por haber sido criada en un hogar en el que su padre o sus hermanos le pedían alejarse cuando tenía la regla porque “podía chuparles las energías”. Por vivir en un barrio donde entre amigas deben pedirse toallas sanitarias porque no hay dinero para comprarlas, donde es común escuchar que alguna chica no puede salir porque tiene la regla, donde no hay agua para lavar las compresas de tela que logran armar y donde las alternativas para superar la pobreza menstrual son casi nulas.

Supo que tenía que buscar una solución cuando ya no tenía dinero para comprar un producto que contuviera la mancha de su menstruación en su ropa, en sus sillas, su cama, sus muebles y en su vida.

La necesidad la obligó a reconocer su cuerpo y controlar sus bajones. Allí, hincada en el baño, se sentía en decadencia y estaba segura de que no merecía sufrir por tener la regla. Pero la falta de recursos la obligaba a mantenerse en casa, y a pensar qué hacer para salir de la estadística de pobreza menstrual.

La historia de Eylin puede ser espejo de la de miles de mujeres que no pueden costear productos de higiene menstrual en Venezuela. Algunas, como ella, se han visto forzadas a romper la regla y encontrar alternativas para avanzar y no renunciar a sus derechos.

El informe Salud Para todas, presentado en marzo de 2021 por Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (Avesa) y otras seis organizaciones, aporta parte de estas cifras y documenta el padecimiento al mencionar las principales alternativas usadas por muchas que atraviesan la situación de Eilyn. Compresas de tela, gasa y algodón, papel higiénico o trozos de papel blanco y partes de pañales desechables, para el caso de la absorción del flujo menstrual. Y lavados con yodopovidona, sábila, bicarbonato, hojas de manzanilla o jabón azul en panela para lavar textiles, como alternativas para el aseo durante la menstruación.

9 de cada 10 mujeres son pobres menstruales

(Informe Avesa).

En medio de la dificultad económica más difícil que había vivido Eilyn, tras la llegada de la pandemia a Venezuela, le tocó cuidar de un niño de su comunidad para el que donaban tela y ropita usada que ella seleccionaba y de la que apartaba algunos trozos para hacer compresas de tela que le servían para soportar su regla.

Le tocaba cambiarse cada tres o cuatro horas, y tenía que desechar las compresas porque no había agua en Barrio Nuevo, la comunidad donde vive en Petare, el conglomerado de favelas más grande de Caracas y de Venezuela.

Las compresas se convirtieron en una ayuda invaluable para ella hasta que encontró la copa menstrual que ahora llama “su salvación”. Se documentó y aprendió sobre su ciclo para romper sus tabúes y vivir mejor.

Historias como la de Eilyn es lo que ha impulsado la creación de varios programas para combatir la pobreza menstrual desde el aprendizaje, la innovación y el ingenio. En este especial presentamos tres de estas soluciones: talleres para una menstruación sin estigmas, donación de copas menstruales y fabricación de toallas sanitarias de tela. 

Pasen y conozcan cómo estas iniciativas lograron #RomperLaRegla.

Hablemos de pobreza menstrual

—Cuando no tenía ni para comprar una toalla sanitaria pasaba hasta 40 minutos sentada en la poceta esperando que llegara el bajón. Y yo me sentía la mujer más miserable del mundo allí sentada.

Ese es el recuerdo más triste de Eilyn en torno a su menstruación. El más triste en un rosario de anécdotas desdichadas que empiezan por haber sido criada en un hogar en el que su padre o sus hermanos le pedían alejarse cuando tenía la regla porque “podía chuparles las energías”. Por vivir en un barrio donde entre amigas deben pedirse toallas sanitarias porque no hay dinero para comprarlas, donde es común escuchar que alguna chica no puede salir porque tiene la regla, donde no hay agua para lavar las compresas de tela que logran armar y donde las alternativas para superar la pobreza menstrual son casi nulas.

Supo que tenía que buscar una solución cuando ya no tenía dinero para comprar un producto que contuviera la mancha de su menstruación en su ropa, en sus sillas, su cama, sus muebles y en su vida.

La necesidad la obligó a reconocer su cuerpo y controlar sus bajones. Allí, hincada en el baño, se sentía en decadencia y estaba segura de que no merecía sufrir por tener la regla. Pero la falta de recursos la obligaba a mantenerse en casa, y a pensar qué hacer para salir de la estadística de pobreza menstrual.

La historia de Eylin puede ser espejo de la de miles de mujeres que no pueden costear productos de higiene menstrual en Venezuela. Algunas, como ella, se han visto forzadas a romper la regla y encontrar alternativas para avanzar y no renunciar a sus derechos.

El informe Salud Para todas, presentado en marzo de 2021 por Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (Avesa) y otras seis organizaciones, aporta parte de estas cifras y documenta el padecimiento al mencionar las principales alternativas usadas por muchas que atraviesan la situación de Eilyn. Compresas de tela, gasa y algodón, papel higiénico o trozos de papel blanco y partes de pañales desechables, para el caso de la absorción del flujo menstrual. Y lavados con yodopovidona, sábila, bicarbonato, hojas de manzanilla o jabón azul en panela para lavar textiles, como alternativas para el aseo durante la menstruación.

9 de cada 10 mujeres son pobres menstruales

(Informe Avesa).

En medio de la dificultad económica más difícil que había vivido Eilyn, tras la llegada de la pandemia a Venezuela, le tocó cuidar de un niño de su comunidad para el que donaban tela y ropita usada que ella seleccionaba y de la que apartaba algunos trozos para hacer compresas de tela que le servían para soportar su regla.

Le tocaba cambiarse cada tres o cuatro horas, y tenía que desechar las compresas porque no había agua en Barrio Nuevo, la comunidad donde vive en Petare, el conglomerado de favelas más grande de Caracas y de Venezuela.

Las compresas se convirtieron en una ayuda invaluable para ella hasta que encontró la copa menstrual que ahora llama “su salvación”. Se documentó y aprendió sobre su ciclo para romper sus tabúes y vivir mejor.

Historias como la de Eilyn es lo que ha impulsado la creación de varios programas para combatir la pobreza menstrual desde el aprendizaje, la innovación y el ingenio. En este especial presentamos tres de estas soluciones: talleres para una menstruación sin estigmas, donación de copas menstruales y fabricación de toallas sanitarias de tela. 

Pasen y conozcan cómo estas iniciativas lograron #RomperLaRegla.

Paso a paso

Aquí puedes ver y escuchar cómo se ejecutaron estas iniciativas desde su concepción hasta la ejecución en las comunidades. ¿Quieres replicarlas? Entonces haz click y descubre cada una.

Historias

Estas son las tres soluciones que encontramos para romper la regla.

Menstruación sin estigmas

Despejar los mitos sobre la experiencia menstrual y hacer que las mujeres se sientan seguras y a gusto con los procesos naturales de su cuerpo, son los propósitos de un grupo de voluntarios en el estado Zulia. Desde hace dos años unen esfuerzos para ayudar a minimizar los efectos de la pobreza menstrual en los sectores más humildes de su región

Las toallas de tela ya no son vergüenza

La confección de compresas artesanales es sólo un primer paso para que las mujeres de sectores populares de Venezuela resuelvan de manera digna su higiene menstrual, y entiendan su ciclo como una renovación y no como un castigo. Lo que aprenden en estos talleres de costura logra cambiar sus vidas

Copas que transforman

En La Dolorita, un sector muy humilde de Caracas, varias organizaciones civiles se unieron para frenar la pobreza menstrual a través de donaciones de copas menstruales, un programa aún naciente pero con potencial para replicarse en otras regiones de Venezuela

Guía para líderes comunitarios

Si quieres que en tu comunidad la regla deje de ser una razón para que las niñas falten a clases, para que las adolescentes se avergüencen y para que las mamás tengan que elegir entre comprar comida o toallas, entonces tienes que ver esta guía.

¡Descárgala y anímate a romper la regla con los tuyos!

Este especial fue producido por

Editorial

Coordinación general y edición

Génesis Carrero

Liza López

Mentoría editorial

Perla Trevizo

Corrección de estilo

Ysabel Viloria

Estrategia de divulgación

Génesis Carrero

Liza López

Jonathan Gutiérrez

Investigación y textos

Menstruación

sin estigmas

Carla Contreras

Las toallas de tela

ya no son vergüenza

Génesis Carrero

Copas que transforman

Yohennys Briceño

Copas que transforman

Arantxa López

Producción gráfica y multimedia

Ilustraciones

Shari Avendaño

Guion y locución audiogalerías

Arantxa López

Edición audiovisual

Carlos Bello

Diseño y diagramación web

Anaís Marichal

Diseño piezas gráficas

Carolina Quevedo

Asesoría creativa y estratégica

Daniela Dávila (LUDA)

Este especial fue producido por

Editorial

Coordinación general y edición

Génesis Carrero

Liza López

Mentoría editorial

Perla Trevizo

Corrección de estilo

Ysabel Viloria

Estrategia de divulgación

Génesis Carrero

Liza López

Jonathan Gutiérrez

Investigación y textos

Menstruación sin estigmas

Carla Contreras

Las toallas de tela ya no son vergüenza

Génesis Carrero

Copas que transforman

Yohennys Briceño

Arantxa López

Producción gráfica

y multimedia

Ilustraciones

Shari Avendaño

Guion y locución audiogalerías

Arantxa López

Edición audiovisual

Carlos Bello

Diseño y diagramación web

Anaís Marichal

Diseño piezas gráficas

Carolina Quevedo

Asesoría creativa y estratégica

Daniela Dávila (LUDA)

Este especial hace parte de la serie de publicaciones resultado del programa Laboratorios de Periodismo de Soluciones de la Fundación Gabo y la Solutions Journalism Network, con el apoyo de Tinker Foundation, instituciones que promueven el uso del periodismo de soluciones en Latinoamérica.

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