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Relatos suicidas:

Nos puede pasar a todos

Relatos suicidas: nos puede pasar a todos

Por Historias Que Laten

En los últimos cinco años, decenas de miles de venezolanos trataron de quitarse la vida. La idea de suicidarse los abrumó y algo o alguien hizo que desistieran. Cada semana, cada día, esto ocurre con más frecuencia y la evidencia indica que padecer de un trastorno mental con pensamientos suicidas es algo que nos puede pasar a todos.
En este recorrido en el que reunimos historias, sensaciones e información útil sobre el tema, encontramos que el suicidio es prevenible. Por eso los invitamos a explorarlo con nosotros. Porque sí es posible que la historia tenga otro desenlace.

Texto: Jonathan Gutiérrez

En Venezuela, unas 23.000 personas intentaron suicidarse en 2020. Sí, leyeron bien: 23.000. A nosotros también nos produjo escalofríos este dato al procesar los hallazgos de esta investigación.

Cuando comenzamos a aproximarnos al tema hace dos años, ya sonaban fuerte las alarmas de que los casos de intentos y suicidios consumados estaban aumentando en niveles nunca vistos y esa preocupación, esa angustia al constatar cuán frágil se ha vuelto la salud mental de los venezolanos, nos impulsó a profundizar en las raíces y expresiones de esta tragedia social.

Entonces nos preguntamos ¿por qué está sucediendo esto? ¿Por qué hay más venezolanos que se suicidan o tratan de hacerlo? ¿Se puede hacer algo para evitar que esto siga pasando? Consultamos a expertos, analizamos informes, conversamos con varias personas y familias, y entendimos que es posible prevenir que suceda. Una manera es hablando del tema, con criterio, honestidad y respeto, contando las historias de quienes han vivido estos episodios y cómo siguen lidiando con sus miedos, sus demonios.

Por eso decidimos hacer foco en la ideación suicida, esto es, en quienes han pensado o intentado quitarse la vida, para que a través de sus testimonios conozcamos cómo han logrado aferrarse a la posibilidad -aunque sea mínima, aunque por momentos sientan que se desvanece- de que todo va a estar bien. Porque pensar en suicidarse no es asunto exclusivo de quienes sufren un trastorno mental grave o severo, como la esquizofrenia.

Porque nos puede pasar a todos.

1 suicidio cada 8 horas

ha habido durante el último año en Venezuela.

  

Fuente: Cálculo de HQL basado en datos suministrados por el Observatorio Venezolano de Violencia, según registros de su Informe 2020.

Como le pasó a Alberto, Ana, Alpino y Patricia, los protagonistas de los relatos que reunimos en este especial. Algo les sucedió de pronto para que sintieran que ya no valía la pena seguir. Lo pensaron, lo intentaron y alguien, o ellos mismos, frenaron el suicidio. Y ahora comparten su historia, como una manera de retratar lo que puede pasar en la mente de esos 23.000 venezolanos que trataron de suicidarse en 2020, año en el que 1.150 fallecieron por esta causa.

Este dato refleja cuánto se ha expandido el problema que la Organización Mundial de la Salud (OMS) dimensiona con esta fórmula: por cada persona que se quita la vida, al menos otras 20 lo intentaron.

En nuestro país, el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) ha llevado registros minuciosos de este fenómeno. Al interpretar sus informes, pudimos detectar que entre 2015 y el primer semestre de 2021, 9.630 venezolanos se quitaron la vida.

Aunque este no es un problema exclusivo de acá -según la OMS, en el mundo se suicidan más de 800.000 personas cada año- Venezuela figura como el país de América Latina con el mayor crecimiento de la tasa de suicidios en los últimos cincos años.

Al menos 9.630 venezolanos

se suicidaron en los últimos cinco años y medio.

Esta cifra no incluye los casos de 2019, año del que no hay registro del OVV,  por tanto se considera que la cifra precisa supera los 10.000 suicidios.

  

Fuente: Cálculo de HQL basado en datos suministrados por el Observatorio Venezolano de Violencia, así como estimaciones de la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud, 2021.

Desde 2015, la tasa por muertes autoinfligidas en nuestro país se multiplicó casi por tres. Incluso en 2018 se alcanzó una tasa de 9,7 suicidios por cada 100.000 habitantes, la más alta en 85 años de registros en la historia. Ese año se documentaron 2.889 suicidios.

Lo repiten los expertos en este tema: el suicidio es multicausal y multifactorial, cada individuo responde a un perfil cognitivo y de estado emocional con unas características específicas, pero en Venezuela hay factores de riesgo comunes, sociales y de contexto, que afectan cada vez más a mayor número de personas.

El Observatorio Venezolano de Violencia ha alertado que la tendencia al incremento de los suicidios en el país es una señal que permite considerarlo también como un fenómeno social y que parece responder al deterioro de las condiciones de vida de la población.

3.160 personas

intentaron quitarse la vida este año.

  

Fuente: Cáculo de HQL basado en los datos del Observatorio Venezolano de Violencia (julio 2021) y en las proyecciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según su estudio técnico “Prevención del suicidio, un imperativo global”).

Las perspectivas pesimistas respecto al país o las dificultades para gestionar la crisis, inducen a pensamientos negativos en las personas que potencian la posibilidad de sufrir trastornos emocionales y en algunos casos ideas suicidas.

—Para nosotros no es casualidad, sino causalidad –de causa-efecto– que según nuestros estudios esto ocurre en medio de una severa crisis humanitaria y una alta conflictividad social. La OMS reconoce que, frente a situaciones de crisis los sufrimientos emocionales se activan, se profundizan —asegura Gustavo Páez, investigador en ciencias sociales y vocero del Observatorio Venezolano de Violencia, quien se ha dedicado a estudiar el fenómeno.

Muchos de quienes no tenían antecedentes de trastornos del estado de ánimo o algunas neurosis, ahora padecen de ellos. Y una de las evidencias que permiten sacar esta conclusión es ésta: en las consultas psicoterapéuticas se presentan con mayor frecuencia problemas de salud mental en niveles jamás vistos.

El aumento de los trastornos mentales en un entorno socioeconómico cada vez más crítico y de inestabilidad política como el que atraviesa el país preocupa a los voceros de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría y de la Federación de Psicólogos de Venezuela.

Para ambos gremios, según sus registros, la depresión, la ansiedad, los ataques de pánico, el estrés crónico, los ataques de ira y los trastornos del sueño fueron los principales motivos de consulta durante 2020 y lo que va de 2021, patologías que han aumentado en su incidencia de manera notable y que sin el tratamiento adecuado pueden desencadenar en una condición de riesgo suicida. La depresión como la ansiedad son las dos alteraciones del estado de ánimo más recurrentes.

—El venezolano está viviendo una situación muy dura, debe subsistir en medio de una emergencia humanitaria compleja y cada vez son más las personas afectadas en su psiquis. Eso ha llevado a muchos individuos a tener trastornos mentales ante una realidad que no está bajo su control —explica la doctora Norma Conquista, médico psiquiatra con una línea de investigación en suicidio y miembro de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría.

Emociones como la tristeza, la incertidumbre, la desesperación, la angustia y la irritabilidad son signos claramente comunes entre muchos venezolanos afectados como consecuencia de la crisis del país. Para la médica psiquiatra Ana Cecilia Márquez y también miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría, es así como aflora un sentimiento de desesperanza.

Tristeza y desesperanza como la de Alpino, un agricultor del páramo de Mérida, quien lidia con una depresión y con dos intentos de suicidio. El vacío que dejó la muerte de su padre fue más que un duelo, es una sensación que lo aflige y el detonante que ocasionó su recaída de la que intenta salir a pesar de que la falta de gasolina en su comunidad le impide ir a su psicoterapia. Contamos su relato en Dos intentos en el páramo.

Dos intentos en el páramo

por María Fernanda Rodríguez

—El suicidio no obedece a una sola causa, pero podría resumir que una razón que lo motiva se llama desesperanza, que se va acumulando y creciendo en la psiquis de una persona que se encuentra sin ninguna defensa psicológica agobiada por el entorno —dice la doctora Márquez.

A un escenario que ya era muy complicado se suma el efecto pandemia. Los cambios de vida causados por la crisis sanitaria, el confinamiento y la afectación de rutinas, así como la incertidumbre, el miedo al contagio o a la muerte y el duelo son otras variables y emociones frecuentes en tiempos del Covid-19 que tienen una consecuencia en la salud mental de los venezolanos.

En los hogares se pasa más tiempo con la familia o la pareja, lo que ha derivado en episodios de violencia intrafamiliar o conflictos de convivencia y en otros casos en pocos encuentros interpersonales, aumento de la incomunicación y aislamiento.

—Esto ha configurado unas condiciones muy exigentes desde el punto de vista emocional para el venezolano que disparó las afecciones psicológicas y se traducen en mucha angustia, frustración, irritabilidad y problemas para socializar o comportamientos evasivos de lo que implica la complejidad del entorno —asegura el psicólogo Juan Carlos Canga, presidente de la Federación de Psicólogos de Venezuela.

El entorno de crisis aunado a la pandemia atiza los desbalances mentales, creando un «caldo de cultivo» que, para muchos, es «la gota que derrama el vaso», enfatiza Canga.

Así le sucedió a Alberto, un joven caraqueño de 21 años quien agobiado por el encierro de la cuarentena, una trivial discusión familiar se transformó en el disparador que lo hizo explotar de ira, nubló sus pensamientos y lo impulsó a intentar saltar al abismo, como él mismo lo narra en la historia Al filo del puente. 

Al filo del puente

por Mabel Sarmiento

Para el psicólogo Abel Saraiba, coordinador adjunto de Cecodap, sus registros del Servicio de Atención Psicológica revelan un aumento muy preocupante -crítico- en los casos de ideación y riesgo suicida entre los venezolanos:

—Está presente en 1 de cada 4 pacientes con alteraciones del estado de ánimo como depresión y ansiedad que hemos atendido este año. El porcentaje es más alto que en 2020.

Además de la depresión y la ansiedad, los casos de violencia de género y violencia intrafamiliar se encuentran entre las razones de consulta que suelen causar alteraciones psicoemocionales y que pueden conducir a pensamientos suicidas, explica el psicólogo Gilberto Aldana, fundador y jefe del servicio de Atención Psicológica y de la Salud del Hospital Vargas.

Este desencadenante ilustra el caso de Ana, de Maracaibo, quien sufre de violencia de género y abuso sexual de su pareja. Esto le ha causado un trastorno de ansiedad y ataques de pánico que la paralizan, la ahogan. Una sensación que la oprime, le entumece las manos, la hace transpirar y no le da paz. Por eso piensa en quitarse la vida como una salida. Quiere buscar ayuda, pero no sabe cómo, así lo cuenta en El pánico de Ana.

El pánico de Ana

por Sheyla Urdaneta

Muchas personas que requieren ayuda o atención no la obtienen, quedan atrapadas en un círculo vicioso que se convierte en un laberinto del que no ven salida.

Las razones son varias, entre otras el prejuicio alrededor del suicidio y los trastornos mentales persisten y muchos venezolanos no buscan ayuda por el temor a ser catalogados o estigmatizados de “locos”. Otras veces por desconocimiento no logran identificar que padecen de un problema que requiere apoyo psicológico, atención psiquiátrica o incluso ignoran que se encuentran en una condición de riesgo suicida.

Los especialistas advierten que cualquiera puede sufrir de una vulnerabilidad anímica, emocional o psicológica que desencadene estos pensamientos.

Nos puede pasar a todos.

Y así le ocurrió a Patricia, una joven zuliana quien, a pesar de estar por graduarse de psicóloga, no toleró los cambios de rutina del confinamiento y el cansancio por el exceso de actividades en línea hicieron que la invadiera un sentimiento de letargo que se transformó en depresión. Una que no la dejaba levantarse de la cama y la llevaron a pensar en acabar con su vida. Así lo relata en Patricia se quería morir.

Patricia se quería morir

por Sheyla Urdaneta

—La realidad es que en el transcurso de la vida vamos a sufrir eventos adversos que si se tiene una fragilidad particular puede desencadenar en un trastorno mental. Todos estamos expuestos —afirma la psiquiatra Norma Conquista.

Por eso sugieren aprender a detectar los síntomas o señales de alerta.

Servicio público precario

Otros aspectos que afectan el equilibrio de los venezolanos son las fallas del servicio de salud pública, la imposibilidad de muchos de pagar consultas terapéuticas privadas, de costear medicamentos o de conseguir psicotrópicos como ansiolíticos y antidepresivos. Según la organización no gubernamental Convite, el índice de escasez de estos fármacos es de 63,3% en lo que va de 2021, aunque en algunas regiones del país este porcentaje puede superar el 70%.

La salud mental no suele priorizarse como un problema de salud pública. Un estudio realizado por un equipo de especialistas de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría (SVP)  y coordinado por el médico Pedro Delgado, reveló que 45 de 48 hospitales psiquiátricos del país están muy deteriorados, inoperativos o muy limitados en su capacidad de atención.

Según el trabajo de Delgado, la ausencia de políticas adecuadas y de programas de atención de personas con trastornos y enfermedades mentales que lleguen a la mayoría de la población agrava el panorama.

El estudio de la SVP revela que los hospitales apenas atienden a un 24% de pacientes de la capacidad instalada posible debido a las limitaciones que tienen.

—La mayoría de los servicios públicos de atención de salud mental están inactivos o con una capacidad de atención mucho menor a la demanda, eso sucede en todo el país. Tampoco existen medicamentos gratuitos para pacientes psiquiátricos —asevera la psiquiatra Ana Cecilia Márquez.

Por esto, coinciden los especialistas, se han acentuado las dificultades para diagnosticar y atender trastornos y enfermedades mentales que al no tratarse se complican, lo cual reduce las oportunidades para identificar a tiempo los riesgos de alguien con ideas suicidas que requiera contención.

Hay excepciones como el Hospital Vargas de Caracas, que ofrece un servicio de atención psicológica y dispone de un servicio de psiquiatría, ambos activos y con capacidad de atención.

Alta demanda de auxilio psicológico

La demanda de consultas psiquiátricas o psicológicas es otra variable que devela el crítico estado de la salud mental de los venezolanos.

—Se han disparado las solicitudes en nuestros servicios de consulta. A veces sobrepasa nuestras capacidades —asegura el psicólogo Juan Carlos Canga, quien coordina la Línea de ayuda psicológica, el Programa de Psicólogos Voluntarios (PPV) y el Servicio de Atención Psicológica Integral (Seapsi) de la Federación de Psicólogos de Venezuela.

Este auge de la necesidad de ayuda psicológica igualmente se observó en el Servicio de Atención Psicológica de Cecodap, quienes también ofrecen atención a personas adultas. En 2020 las consultas aumentaron 435% más de lo proyectado. Y este año estiman que superarán los indicadores previos.

—La demanda nos implicó adaptar nuestro esquema para crear condiciones adecuadas de atención. Pasamos a desarrollar un servicio abierto los 365 días del año —explica el psicólogo Abel Saraiba.

Cecodap (SAP)

Primer trimestre de 2021 en datos

  • 48% del total de casos atendidos este año corresponden a alteraciones del estado de ánimo (AEA): ansiedad, depresión y riesgo suicida.
  • La ideación y riesgo suicida aumentó a 25,93% de los casos atendidos
  • 1 de cada 4 pacientes atendidos presenta ideación suicida, y suele estar asociado a depresión y ansiedad.

Fuente: Informe Somos Noticia, Capítulo Salud Mental (2020 – 2021), Cecodap.

En el Servicio de Psiquiatría del Hospital Vargas de Caracas, el número de personas que atienden por triaje creció este año de 15 a 60 pacientes por día, lo que representa un aumento de 300%. “Es tal la cantidad de solicitudes que debimos abrir el servicio un día adicional y aún así a muchos los atendemos  por emergencias y en jornadas fuera de horario”, asegura la médico psiquiatra María Luisa De Aldana, directora de esta unidad.

De acuerdo con la psiquiatra Norma Conquista, otro aspecto llamativo es el aumento de los nuevos pacientes.

—Entre 60% y 70% de esas personas que asisten a consultas son pacientes que acuden por primera vez. Estamos viendo un aumento alarmante de pacientes de nuevos diagnósticos —específica.

Somos una población emocionalmente muy vulnerable y frágil, resalta la doctora Márquez.

—Esa es la razón por la que hay más suicidios. Enfrentamos otra pandemia, la pandemia de la salud mental que nos sitúa en emergencia. Hay que decirlo, hay que hablarlo para concientizar y prevenir.

Por eso estamos contando las historias de Alberto, Ana, Alpino y Patricia, e incluimos varias guías que pueden ayudar a abrir un diálogo y a derribar los mitos en torno al suicidio que por años han existido en Venezuela.

El suicidio es una tragedia personal y social que se lleva prematuramente la vida de muchos venezolanos y tiene una onda expansiva. No obstante, los suicidios son prevenibles. Cada vida vale y se puede salvar.